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Ante el sol toda precaución es poca

Ante el sol toda precaución es poca

El doctor Cervigón, del Hospital Nuestra Señora del Prado de Talavera, nos aconseja para lucir una piel bronceada siguiendo hábitos saludables

miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h

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Tomar el sol en su justa medida puede resultar una practica saludable y beneficiosa. Sin embargo son muchas las personas que se obcecan y van más allá, exponiéndose durante largos periodos de tiempo a estas radiaciones o no protegiéndose de la forma indicada, con el único objetivo de tener una piel morena, llegando a cometer auténticas barbaridades. Este trastorno psicológico provocado por la adición al sol es reconocido por los expertos desde hace tiempo y calificado como 'Tanorexia', referido a un desorden en la percepción del cuerpo, ya que el individuo nunca ve su piel morena. Para evitar estas situaciones es necesario comprender la importancia de tomar precauciones y no obsesionarse por tomar el sol, protegiéndose en todo momento de las radiaciones.
Calor, playa y piscina son sinónimos de verano, periodo en el que nos exponemos con cierta frecuencia a las radiaciones solares, las cuales cada vez resultan más perjudiciales para nuestro organismo. La obsesión por broncear nuestros cuerpos y lucir un moreno impecable puede resultar un riesgo para la salud, siendo más adecuado tomar las precauciones necesarias y moderar nuestra exposición.

En este sentido, para el dermatólogo Iván Cervigón, del Hospital Nuestra Señora del Prado de Talavera, lo principal que debemos hacer es utilizar una fotoprotección apropiada a nuestros diversos tipos de piel y protegernos del sol evitando quemaduras que puedan llegar a suponer “un factor de riesgo para el desarrollo de distintos tipos de cánceres de piel”. Asimismo, deben tener especial cuidado las personas que realicen sus primeras exposiciones ante el sol.

Una buena protección solar resulta básica para disminuir la probabilidad de sufrir un cáncer de piel, enfermedad que ha experimentado un rápido aumento desde los años 50 en los países desarrollados y que se relaciona principalmente con la exposición al sol por motivos estéticos o de ocio. Según explicaba el presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), José Carlos Moreno, “su incidencia tiende a triplicarse cada década”.

El cáncer de piel es uno de los más frecuentes y un diagnóstico precoz puede resultar crucial para sanar, ya que el cien por ciento de los tumores que se tratan a tiempo pueden curarse. Es imprescindible que nos concienciemos del peligro que puede suponer abusar de las radiaciones y que estemos pendientes de los cambios en nuestra piel, de los lunares o manchas, acudiendo ante cualquier alteración a un dermatólogo especialista, aconsejaba Cervigón.

La precaución debe ser máxima para los niños y ancianos, ya que su piel es más vulnerable. Igualmente presentan un factor de riesgo adicional aquellos que tengan la piel blanca, personas con muchos lunares, gente rubia, pelirroja o con ojos claros, puesto que su pigmentación es más baja y son más propensos a las quemaduras que las personas morenas y con ojos oscuros, así como los casos en los que existan antecedentes por enfermedades de cáncer de piel en la familia.

Lo más importante y de lo que debemos concienciarnos es de evitar las horas centrales del día y siempre utilizar protección solar, por encima del factor 30 para pieles normales, empleando pantalla total para personas muy blancas y niños. Resulta aconsejable recordar que los fotoprotectores necesitan aplicarse con un margen de aproximadamente media hora antes de la exposición e igualmente debe repetirse la aplicación de forma periódica para no perder su efecto. También es conveniente utilizar gafas de sol homologadas, gorros o incluso camisetas en niños pequeños o para las personas con pieles muy delicadas.

Añadir que, pese a que la ropa clara resulta más fresca, las prendas oscuras son más seguras en los días de mucho sol y retienen mayor cantidad de rayos solares.

ENVEJECIMIENTO DE LA PIEL. El sol es una fuente esencial para prevenir el raquitismo en niños o la osteoporosis en ancianos. Sin embargo, la sobreexposición prolongada durante años puede provocar el envejecimiento prematuro de la piel, causando la aparición de numerosas arrugas, profundas y marcadas, las manchas marrones se multiplican y la piel se vuelve menos flexible. Asimismo, tener en cuenta que los efectos que provoca el sol resultan más perjudiciales y prematuros en personas de piel clara que en las personas de tez morena, debido a una mayor presencia de melanina en estas últimas.

RAYOS UVA. Diferentes estudios relacionan el uso de máquinas artificiales con la aparición del melanoma, así como de otros tipos de carcinomas cutáneos como son los de células basales o escamosas. Según un trabajo realizado por la facultad de Medicina de Dartmouth en New Hampshire, las personas que utilizan las técnicas de bronceado artificial aumentan las posibilidad de desarrollar un carcinoma entre 1,5 y 2,5 veces más.

El doctor Cervigón no recomienda el uso de estas cabinas que resultan cancerígenas, pero recomienda que en caso de exponerse ante los rayos UVA lo hagan “en un sitio autorizado, que cumpla las condiciones y controles, con personal adecuado y que ofrezca garantías”, recordando el cuidado de los ojos para evitar posibles lesiones oculares.

Asimismo, recuerda que aquellas personas con lunares o antecedentes de cáncer de piel deben evitar estas prácticas y consultar con su médico o dermatólogo.

FOTOTIPOS DIFERENTES

No todas las pieles sufren por igual los efectos del sol, todo depende de nuestro fototipo, el cual viene definido por el color de la piel, del cabello, la tendencia a las quemaduras solares y la aptitud ante el bronceado. Este tipo de particularidades que nos marcan genéricamente definen nuestro fototipo, indicativo de las condiciones para exponernos al sol, eligiendo para ello un fotoprotector adecuado a nuestras necesidades y que en este caso clasifica el portal web de Ausonia de la siguiente manera:

Fototipo 1. Personas de piel muy clara, con pecas o albinos. Les cuesta muchísimo broncearse o nunca se broncean y se queman con facilidad tras períodos relativamente cortos de tiempo.

Fototipo 2. Personas con pieles claras, ojos azules o claros y pelo rubio o pelirrojo. Tampoco consiguen broncearse o muy poco y se queman con facilidad.

Fototipo 3. Personas con pieles blancas, con ojos verdes-castaños y el pelo castaño. Suelen broncearse con mayor facilidad que en los casos anteriores y de forma gradual, aunque suelen explicar que han tenido quemaduras en el pasado.

Fototipo 4. Personas con la piel mediterránea, morenos con pelo negro. Estas pieles se broncean siempre y en cambio, sólo ocasionalmente se queman.

Fototipo 5. Personas con una piel bastante morena (árabe-gitano), que se broncean muy rápido y resulta muy improbable que presente quemaduras.

Fototipo 6. Personas con pieles negras, donde nunca hay quemaduras.
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