Inditex paga 65 horas de costura a la semana por sólo 178 euros al mes

Adquirir una prenda de ropa de las marcas del grupo Inditex que se haya confeccionado en Marruecos, supone apoyar un sistema de producción en el que las trabajadoras acumulan hasta 65 horas a la semana detrás de una máquina para acabar cobrando un suelo semanal de 178,72 euros al mensuales. Siendo éstas, según publica Elmundo.es, unas condiciones laborales que mantienen “viviendo en situación de pobreza” a estas trabajadores, mientras que el fundador de este imperio textil, Amancio Ortega se consolida como la mayor fortuna de España.

Esta información se ha contrastado gracias a la investigación 'La moda española en Tánger: trabajo y supervivencia de las obreras de la confección', elaborada para la campaña 'Ropa Limpia' de las ONG española Setem, que analiza las condiciones de vida y trabajo precarias que sufre las trabajadores en este tipo de talleres textiles en la ciudad de Tánger.

Inditex no es la única empresa que se beneficia de esta situación. Las empresas españolas de moda más importantes tienen factorías propias o proveedores en Marruecos. Empresas como Cortefiel, Mango, Zara y otras firmas europeas operan en el mercado marroquí, aprovechándose de unos cortes muy inferiores con respecto a los europeos.

El código de conducta de Inditex, que recoge los estándares laborales mínimos que deben respetar todas sus fábricas proveedoras, establece que el máximo de horas que podrán realizar las trabajadoras de su cadena de suministro son 48, con la posibilidad de realizar 12 horas más extraordinarias.

Este estudio publicado en Elmundo.es recoge que la realidad parece chocar con el texto del código de conducta de la empresa que reza, literalmente con respecto a las horas extras “no se requerirán de manera habitual y deberán ser liquidadas en cuantía superior a la hora normal, de acuerdo con lo establecido en la legislación vigente.

Inditex exige que sus proveedores paguen el salario mínimo de su país. Además el acuerdo marco internacional que Inditex ha firmado con la principal federación sindical internacional del sector recoge el compromiso de pagar un salario que permita cubrir las necesidades básicas de sus trabajadores y de sus familias.

Tras realizar una encuesta a las trabajadoras que desempeñan sus funciones en la empresa gallega, el 75% de las encuestadas reciben el SMIG un nivel de cumplimiento algo superiro al de las empresas que no están en su cadena suministro. Las personas que cosen para Inditex “muestran la misma precariedad o incluso algo mayor que las de las obreras de otros empleadores.

De esta forma, el 40% afirma que no puede cubrir sus necesidades ni las de sus familias o que lo hacen con muchas dificultades. Entre las obreras sin relación con Inditex esta proporción es del 31%.

Mango otra de las empresas que aparece en la boca de las trabajadoras encuestadas. De las 118 obreras, 37 trabajan para una empresa proveedora de la firma catalana en el momento de la encuesta. De ellas, 31 afirmaban que en su fábrica también se confeccionaban artículos de la firma Inditex.

La empresa indicó que había dado un plazo de seis meses para la corrección de estas problemáticas. Sin embargo, en el momento de las encuestas solo un 3% de las obreras encuestadas que confeccionan la ropa de Mango expresaron que su jornada habitual era de menos de 45 horas. Por el contrario, un 62% afirmaron realizar jornadas entre 55-65 horas y un 35% dice trabajar mas de 55 horas semanales.

El estudio de la edición digital de El Mundo muestra como el 54% de las trabajadoras de proveedores de Mango afirmaron que estos picos de trabajo se repetían de forma muy habitual y sólo un 68% reciben un salario igual o superior al SMIG marroquí.

El informe descubre las duras condiciones de las obreras de confección marroquíes: exceso de horas de trabajo, bajos salarios, abusos verbales y físicos, arbitrariedad en la contratación y el despido, medidas disciplinarias desproporcionadas y obstáculos a la acción sindical.

Recoge además que las horas son obligatorias y no se suelen remunerar, que prolongan la jornadas hasta las 12 horas diarias, seis días a la semana por salarios que no superan los 200 euros mensuales, y que, en ocasiones, están por debajo de los cien euros al mes.

A las trabajadoras más jóvenes, se les hace trabajar sin contrato las mismas horas que el resto pero cobrando algo más de 30 céntimos la hora.

El autor del informe, Albert Sales indica que “estas empresas tienen en su menor la capacidad, tanto de generar situaciones de explotación laboral, como de evitarlas” y que muchas han asumid códigos de conducta y la obligatoriedad de pasar auditorías en los talleres.

Estos compromisos han quedado en papel mojado. Una trabajadora de una fábrica proveedora de una gran empresa textil asegura en el estudio que “cuando aparecen auditores por sorpresa, los supervisores esconden a las trabajadoras menores en la azotea o en cajas de ropas vacías”.