Que los toreros están hechos de otra pasta volvió a quedar demostrado ya antes de comenzar el festejo. La determinación y convicción con la que Marco Pérez y Pedro Rufo decidieron hacer el paseíllo sin importarles la condición de un ruedo completamente encharcado por el aguacero caído una hora antes de la novillada, fue una declaración de intenciones.
De sombrerazo. Todo, por la más noble de las causas: recaudar fondos para el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo.
La foto final, con los toreros por la puerta grande, hacía justicia al esfuerzo de los actuantes, recompensaba la labor de empresa y operarios a la hora de arreglar el ruedo conforme avanzaba la tarde, y dibujaba una sonrisa en el rostro de una afición que pese a la lluvia no dudó en acudir a la plaza.
MARCO PÉREZ, DIMENSIÓN DE MATADOR DE TOROS. Al buen primero le cortó la oreja Marco Pérez tras una faena basada en el pitón izquierdo, iniciada en el centro del platillo con un pase cambiado por la espalda, que fue un derroche de firmeza y que tuvo especial dimensión en los pases de pecho. Antes, había dejado un precioso quite por delantales que abrochó con una despaciosa media.
El novillero salmantino sacó todo el provecho posible de su segundo, un toro en apariencia, que no se empleó tras pegarse un volteretón que mermó sus facultades. Faena de querer siempre, de mucho mando, pero malograda con la espada.
Salió a por todas Marco con el quinto, al que recibió con un farol de rodillas y vibrantes lances a pies juntos que pusieron la plaza en pie.
Tras brindar al público, Marco Pérez se echó de nuevo de hinojos para iniciar un trasteo que fue ligado y emocionante. Basada en el pitón derecho su labor, el novillero salmantino ratificó su excelente momento y su dimensión de matador de toros.
El final por manoletinas dio paso a una estocada entera y a la concesión de las dos orejas.
PEDRO RUFO, DEBUT DE ALTURA. Pedro Rufo debutó con los del castoreño midiéndose a "Certero", un novillo de Montealto al que le costó romper en los primeros tercios. Tras brindar a su amigo Enrique Muñoz, pulseó las embestidas de un ejemplar medido en su poder y perdió el posible trofeo por el mal uso de los aceros.
El novillero de Pepino (Toledo ) recibió muy bien de capa al precioso cuarto. Mecidas las verónicas, con entidad y sello. Con la muleta, Rufo mostró sitio y capacidad frente a un estado que no regalaba sus embestidas y se tiró a matar muy de verdad, dejando un estoconazo que por sí mismo valió la oreja.
Cerró el festejo un novillo rematado y muy bien hecho. Brilló de nuevo Pedro Rufo con el percal, en un gran recibo a la verónica. Tras brindar al respetable, dio cumplida réplica de primeras a un novillo bravo, el mejor del envío de la divisa madrileña. Reunido, por abajo, ligado, estuvo a la altura del compromiso pese a su bisoñez. Algún natural tuvo profundidad y mucho temple.
Los aceros, esta vez, no funcionaron, pero el público pidió de igual forma el apéndice y el palco tiró de sensibilidad para que el debutante pudiera acompañar a hombros a Marco Pérez. F
FCHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Toledo. Sábado, 12 de abril de 2025. Novillos de Montealto, muy bien presentados, de variado juego. Destacaron el primero por su calidad, el quinto por su emoción y el sexto, el más completo del envío en el último tercio.
Marco Pérez: oreja, ovación con saludos y dos orejas.
Pedro Rufo, que debutaba con picadores: palmas, oreja y oreja.
Entrada: media plaza en tarde lluviosa y muy desapacible.
Incidencias: El inicio del festejo se demoró para que las cuadrillas inspeccionaran el ruedo. Al final del paseíllo sonó el himno nacional y ambos espadas saludaron una ovación del respetable. Marco Pérez brindó el tercero a Sagrario Carabaño, directora de gestión del Hospital Nacional de Parapléjicos, presente en el callejón.