Vergüenza y ridículo. Eso es lo que está haciendo VOX ante sus votantes. ¿Me sorprende? No, la verdad. No esperaba menos.
Se les ha caído la careta a Santiago Abascal, David Moreno y compañía. ¿Podrán dormir tranquilos viendo con buenos ojos que empresas y Pymes puedan quebrar? Sí, no lo dudo.
Cuando su amada España (esa a la que defienden con pulseras y poco más) está siendo atacada directamente por Donald Trump y sus locos aranceles, los de extrema derecha siguen en sus trece y defienden al presidente de EEUU. ¿Me sorprende? Para nada. ¡Es su jefe!
El vicealcalde de Talavera, David Moreno, el que subió una fotografía trabajando la tierra, sigue sin criticar la medida de Trump que supondrá miles de millones de euros en pérdidas, subida de precios y pérdidas de puestos de trabajo. ¿Pero qué podemos esperar de un político que no defiende la ciudad a la que representa? No olvidemos que Moreno es trasvasista, y, ahora, arancelista. ¿Me sorprende? Claro que no.
Trump ha desenmascarado a los patriotas de bandera fácil, a los que añoran la época oscura del franquismo, a los que no conocen la igualdad y a los que son capaces de dejar caer a su país con tal de seguir viviendo de dinero público, eso que tanto critican de otros.
Los aranceles de Trump han puesto a Vox en una situación muy difícil. Los de Moreno y compañía han perdido una oportunidad de oro para demostrar que son españoles de verdad, que aman este país y a su gente. ¿Me sorprende? No. Eso es Vox.