El derrumbamiento del Puente Viejo de Talavera de la Reina (Toledo) en la madrugada del pasado domingo ha supuesto un duro golpe para la ciudad y, en especial, para la Cofradía del Santísimo Cristo de la Espina, que se ha visto obligada a modificar el recorrido de la Procesión del Silencio del Miércoles Santo.
Por primera vez en dos décadas, la venerada imagen no podrá cruzar el río Tajo por ese enclave, una imagen que se había convertido en uno de los momentos más emblemáticos de la Semana Santa talaverana.
La Junta Directiva de la Cofradía ha emitido un comunicado en el que expresa su pesar por lo sucedido y su compromiso de seguir adelante con la misma devoción. “Con el corazón conmovido y la fe más firme que nunca, nos dirigimos a vosotros tras los tristes acontecimientos del pasado sábado”, señala el escrito, en el que también agradecen el apoyo de los fieles en estos momentos difíciles.
La Cofradía ha declinado la alternativa ofrecida por el Ayuntamiento de cruzar el río por el Puente de Hierro, ya que la altura del paso hace inviable esta opción. Por ello, la procesión recorrerá únicamente el Casco Antiguo, volviendo a su antiguo punto de partida en la Colegial de Santa María la Mayor.
A pesar del cambio en el itinerario, la Cofradía confía en que la Procesión del Silencio mantendrá su carácter solemne y multitudinario. “Sabemos la tristeza que os embarga, pero también estamos seguros de que nuestro amor por el Señor nos dará la fortaleza para vivir esta Semana Santa con el mismo fervor y entrega de siempre”, concluye el comunicado.
Además, el traslado del Santísimo Cristo de la Espina también ha sufrido modificaciones y se llevará a cabo el próximo 12 de abril a las 21:00 horas.
El nuevo recorrido partirá del huerto del convento de San Benito y pasará por la calle Mérida, la plaza Padre Juan de Mariana, la plaza del Pan, la calle Toro Encohetado y la plaza Alonso de Herrera, finalizando en la puerta lateral de la Colegial de Santa María la Mayor.
El derrumbe del Puente Viejo no solo ha afectado a la vida cotidiana de los talaveranos, sino que ha alterado una de las tradiciones más queridas de la ciudad. La imagen del Cristo de la Espina cruzando el río en completo silencio, acompañado únicamente por la tenue luz de los farolillos, quedará en la memoria de los fieles que esperan poder recuperar este emotivo momento en futuras ediciones de la Semana Santa.