Uno piensa que puede vivir en cualquier ciudad, que Talavera es una más de las muchas ciudades donde te ha tocado nacer y permanecer durante un tiempo. Uno se fija en los acontecimientos vividos, en la corrupción de la ciudad, en la política, en la miseria, en esas cosas que parece que tienen importancia. Uno piensa que no ama y, por motivos de trabajo, se traslada fuera y no le importa. Talavera le resulta indiferente y, a veces… sí, por qué no decirlo, despreciable. Y se pone a vivir en otra ciudad cualquiera, en otra Comunidad cualquiera creyendo que su corazón no sufrirá.
Pero un día te despiertas con la noticia de que se ha derrumbado el puente romano y notas que todas esas sensaciones que tenías eran mentiras, bulos, fake news que llevabas dentro, que eran falsas. Pensabas que no te importaba Talavera. Pero te importa. Y Talavera vuelve a ser tu ciudad. Siempre la has amado, aunque no te dabas cuenta. Te importa tu ciudad. Te importan aquellas cosas que constituyen la imagen grabada en tu retina durante tu infancia, durante tu juventud, hasta el momento en que tuviste que marcharte, y sientes que perteneces a Talavera, que Talavera está dentro, dentro de ti, pequeñita, silente, con todos los reproches que se puede hacer a Talavera, pero también con un pequeño espíritu que se agranda y te inunda cuando el dolor te llega. Cuando el dolor por aquellos monumentos, que no solo constituyen el patrimonio de una ciudad, sino también tu propio patrimonio espiritual, aquel que te acompaña de por vida, se derrumba, se viene abajo, se pierde.
Y ahora vendrán las miserias, los políticos, la asquerosa política para echarse las culpas los unos a los otros. Vendrán a hacer más daño, peleándose entre ellos para ganar los puñeteros votos: “que si el Plan de Riberas, que si los Embalses, que si la prevención, que si Vox, que si el PP, que si el PSOE, que si la Junta, que si el Ayuntamiento, ¡que si la madre que los parió a todos! Como con la DANA, (que si Mazón, que si Pedro Sánchez…), y la casa sin barrer.
¡¡Por una vez que se callen!! ¡¡Por una vez que no hablen, que no digan nada, que es lo que tiene que hacer un político, no decir nada y ponerse a trabajar!! ¡¡Calladitos están más guapos!!
Será las financiación europea, las new generation, será los extras previstos que tengan que aportar para cubrir el desastre. Me da igual de dónde salgan los presupuestos, de la Comunidad, del Ayuntamiento, de las empresas. Al fin y al cabo, es nuestro dinero. ¡¡Nuestro!! Y me da igual si tiene la culpa el cambio climático. ¡Me da igual! Lo que quiero es que se reconstruya el puente. Y si lo reconstruyen sin echarse las culpas los unos a los otros, sin decir ni mu, empezaremos a pensar que, en política, algo vale la pena. Que se trabaja para el pueblo y no para ellos mismos. ¡Empezaremos a confiar en los políticos si se callan! Si no se echan los perros los unos a los otros y se ponen a trabajar de una puñetera vez bien, reconstruyendo el puente romano como Dios manda.
Los romanos tenían la ingeniería suficiente para que no se haya derrumbado la parte romana del puente. Se ha derrumbado la parte árabe. Apliquemos la ingeniería de hoy para reconstruir el puente en condiciones, para garantizar que no se repita un suceso tan desgraciado. Y hagámoslo bien esta vez. Quitemos la puñetera pasarela que la afea y que en su día colocaron por falta de presupuesto y aprovechemos para reformarlo como Dios manda. Que se parezca al puente original. Evitemos un “apaño de oficina” como el que se hizo en su momento colocando losas de hormigón feísimas, mostrando las cicatrices de un puente roto. Hagamos un puente al estilo romano que sea la envidia de otras ciudades. Y que el turista no sepa si fue construido en el siglo doce o hace 2000 años. Saltémonos la norma que obliga a las reconstrucciones, mostrando la parte antigua y la reconstruida con claridad. El ojo del puente que se ha caído, se ha caído hoy, este puñetero mes. ¿No se merece que la reconstrucción sea similar, sino idéntica, al ojo del puente que ha sufrido la desgracia? No estamos hablando de mostrar lo antiguo diferenciándolo de lo moderno. Estamos hablando de restaurar un puente que se derrumbó HOY, AYER, ESTE AÑO. Por tanto, aprovechemos para reconstruirlo entero, quitar esas feísimas pasarelas y que nos enorgullezcamos del Puente Viejo de verdad. Aprovechemos para reconstruirnos en la desgracia. Es mi opinión y creo que los de muchos
Y los políticos callados por favor. A reconstruir y a callar, que para eso les pagamos, no para que hagan propaganda de respectivos partidos.
Por Moisés de las Heras Fernández
Si (
No(
