El Cine Calderón de Talavera de la Reina (Toledo) ha entrado en la Lista Roja del Patrimonio de la asociación Hispania Nostra por "peligro de derribo".
En 1932, como teatro-cine Royalti, fue el primer cine en la Ciudad de la Cerámica en proyectar una película sonora, tal y como informa Hispania Nostra.
El mítico edificio está en pie y se ha conservado. Sin embargo, al carecer de protección de (Bien de Interés Cultural), BIC oficial, su propietario, el empresario y presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, ha promovido un Plan Especial de Reforma Interior de Mejora (PERIM) de la plaza para destruirlo, lo que para algunos es "un atentado contra el patrimonio arquitectónico, cultural, histórico y cultural del edificio".
El que fuera un antiguo cine (y anteriormente un teatro) se encuentra en trámite para que se declare BIC aunque ya forma parte de un BIC discontinuo formado por la iglesia de Santiago y las dependencias del convento, el alfar, la iglesia, el claustro y calle San Sebastián. El Calderón había sido uno de los tres teatros que había en la ciudad a finales del siglo XIX.
Anteriormente, en 1578 fue un convento. Los Franciscanos Descalzos se establecieron en Talavera hacia 1578, ocupando primero el convento que se hallaba frente a la ermita del Prado junto al camino Real de Madrid-Extremadura. En este lugar permanecieron hasta los años 70 del siglo XVII cuando compraron un solar en el barrio de Santiago y con las limosnas reunidas construyeron otro convento, siendo guardián fray José Canalejas. Las obras duraron de 1674 a 1676.
En sesión de ayuntamiento de julio de aquel año, consta que el convento de descalzos de Santa Ana pidió licencia para cocer ladrillos en el horno que tiene Nuestra Señora del Prado extramuros para la obra de dicho convento. Aunque a partir de 1677 o 1678 los frailes debieron de ocupar el convento, lo cierto es que no fue hasta el 14 de mayo de 1679 cuando se realizó el traslado del Santísimo Sacramento a la nueva iglesia conventual de Santa Ana junto a la parroquia de Santiago el Nuevo.
El nuevo edifico seguía, desde el punto de vista formal, las directrices de la arquitectura franciscana, con espacios bien definidos: iglesia, claustro (bajo y alto), celdas, cocinas, huerta, enfermería, etc. En el padrón del año 1800 se registraron 32 frailes en el convento de Santa Ana, divididos en profesos, legos, donados y sirvientes.
MÁS HISTORIA Tras el proceso de exclaustración y desamortización el convento sufrió un paulatino deterioro. En la década 1840 se encontraba en un estado bastante ruinoso, habitado por Baltasar López. En los años finales del siglo las antiguas estancias conventuales servían de almacenes, tiendas, viviendas de vecindad y posiblemente alfar de cacharrería.
Jiménez de la Llave, el erudito, historiador y académico talaverano, en un informe enviado a la comisión provincial de monumentos de Toledo en 1873 señala que “la iglesia es teatro Calderón, el convento casas de vecindad, y la huerta dedicada a una tenería”.
A finales del siglo XIX el Calderón era uno de los tres teatros que existían en la ciudad.
En 1925, el nuevo arrendador del local, Segundo Lor Notario lo convirtió en cine, y con la llegada del cine sonoro, dotado del equipamiento necesario, reabrió y cambió de nombre por el de Teatro-cine Royalti en 1932, siendo el primero en proyectar una película sonora en Talavera.