El pasado 1 de diciembre de 2024 comenzó la Visita Pastoral al Arciprestazgo de Talavera de la Reina (Toledo). Días después escribía monseñor Francisco Cerro Chaves:
"La ley de la Iglesia establece la obligación que tiene el Obispo diocesano de visitar a toda su grey, al menos cada cinco años. El objeto de esta visita pastoral ordinaria son las personas, instituciones católicas, cosas y lugares sagrados que se encuentran dentro del ámbito de la diócesis (cf. cc. 396-397).
A lo largo de estos años de mi pontificado en Toledo, vengo dedicando varios meses al año a este menester, que no es sólo una obligación canónica sino, sobre todo, un signo del amor de Dios que camina con su Pueblo para compartir "los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren" (GS 1).
Desde que inicié mi labor pastoral en la archidiócesis de Toledo, me he hecho presente, en diversas ocasiones, en todas las parroquias y realidades diocesanas. Y en lo que se refiere a la ciudad de Talavera de la Reina, en particular, mi presencia ha sido continua.
Un día a la semana, la tarde de los lunes, recibo a quien lo desea en la Casa de la Iglesia. He celebrado la eucaristía en todos sus templos. Trato con mucha frecuencia con sus sacerdotes y con los agentes de pastoral. Conozco a todas las comunidades de vida consagrada, contemplativa y activa.
He asistido a los principales acontecimientos de la vida de la ciudad. Predico en sus iglesias, administro el sacramento de la confirmación a los jóvenes y todos los meses dirijo un retiro espiritual para los fieles del arciprestazgo… Este bagaje me da un amplio conocimiento de nuestra realidad eclesial Talaverana.
Esta cercanía a la ciudad de Talavera de la Reina me hace pensar que la visita pastoral que acabo de comenzar, y que se extenderá hasta las primeras semanas de la cuaresma del 2025, será muy especial".
Ayer, miércoles 29 de enero, llegó el turno de realizar la Visita Pastoral a la basílica de Nuestra Señora del Prado. Don Francisco, el Sr. Arzobispo, se reunió en primer lugar con las Camareras de la Virgen, se unió al rezo del rosario que tiene lugar todos los días antes de la misa de la tarde. Luego presidió la Eucaristía a las 18:30 horas. El Sr. Arzobispo dijo en la predicación de la misa -en la que se celebraba la memoria del Obispo San Julián de Toledo- que:
"Vengo -hasta la basílica de Nuestra Señora del Prado- como un hijo más, como peregrino de esperanza. Vengo como hermano para fomentar la fraternidad, la hermandad. No seremos nunca buenos hijos si no somos buenos hermanos. Y vengo como pastor de la Archidiócesis, para recordar que aquí se respira esperanza: especialmente por el sacramento de la reconciliación. Y todo con María Santísima del Prado. Como hijos de Dios, como hermanos, como ovejas que conduce el pastor".
Posteriormente, se reunió con la Junta de la Hermandad de la Virgen del Prado y luego con los sacerdotes que trabajan en la Basílica. Monseñor Francisco Cerro ocupó toda la tarde en esta visita.
Chávez venía de presidir por la mañana la misa de corpore in sepulto por el eterno descanso de fray Leonardo, fraile franciscano del Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe.
Antes de regresar al Arzobispado visitó a un sacerdote que está gravemente enfermo. Una jornada más en la que el Sr. Arzobispo intentó llegar a todos.