Insigne humorista como pocos, Groucho Marx ha pasado a la Historia como pensador y se le recuerda por un amplio repertorio de frases célebres que usamos a diario y que, en ocasiones, no sabemos siquiera que son suyas.
Algunos, incluso, no reparan en que su proceder se resume en un puñado de palabras que pronunció con buen tino ese genio del bigote de betún y el puro en la boca. De hecho, muchas expresiones lapidarias del pequeño de los Marx retratan a nuestros representantes políticos con pocas dudas al respecto.
También tenemos a los que ignoran el día o el sitio en que viven y, a pesar de ello, siguen su camino como el burro sigue la linde.
Estos días hemos conocido que en Talavera de la Reina se ha adjudicado la creación de 24 esculturas de “cerámica con características y creatividad de estilo talaverano o EQUIVALENTE” a una empresa de Madrid por el buen montante económico de 340.000 euros. Me gustaría saber qué opinan los ceramistas que aún siguen trabajando ese noble arte netamente talaverano y poco equivalente con nada. De hecho, ellos mismos celebraron hace menos de año y medio que el Parlamento Europeo señalara a la cerámica de Talavera como Indicación Geográfica Protegida. Protegida, menos por el Ayuntamiento local, según se ve.
Ahora ya eso no parece valer para nada, aunque haya gentes que se envuelven en los bellos colores de la bandera talaverana según el día. Un ‘talaverista’, término que alguien se inventó hace menos de dos años, no puede explicarse cómo el Ayuntamiento cerámico invita y adjudica a una empresa de Asturias la construcción de una nueva guardería por un millón de euros. Será que no hay profesionales del ramo de la construcción en la ciudad y la comarca.
Claro que si se está a otras cosas que no son tan importantes para el progreso de la ciudad, es comprensible que ocurran lo que ocurre. De hecho, desde el Consistorio donde hoy gobierna VOX –y un poquito también el PP– se prepara ya la instalación de una macrobandera nacional en la Plaza de España, algo que figuraba en el compromiso electoral de David Moreno. Y fíjense que celebro que Talavera de la Reina vaya a lucir una gran bandera de mi país en el centro de la ciudad, si no fuera porque las calles están más negras que la espalda de un grillo o concejalías como la de Urbanismo están poniendo de los nervios a multitud de ciudadanos porque se tardan meses en conseguir una dichosa licencia.
Personas, ciudadanos de a pie, que empiezan a pensar como el humorista judío que hoy les referencio y se plantean aquello de “Él puede parecer un idiota y actuar como un idiota, pero no se deje usted engañar, es realmente un idiota”.
En fin, como decía el genial Groucho, a veces “es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente”. El problema es que algunos llevan despejando dudas demasiado tiempo, otros nos hemos dado cuenta ya y unos tantos más están empezando a sufrir en sus carnes aquello que Gabriel García Márquez vino en llamar “Crónica de una muerte anunciada”. Pero no se preocupen, el límite aún no ha llegado, se puede cavar incluso más hondo. Pronto lo comprobarán y será con G de Groucho, no le den muchas vueltas que el acertijo es fácil.
Si (
No(
