Fallece Marisa Paredes, el rostro eterno del cine español, a los 78 años

La actriz Marisa Paredes, una de las intérpretes más queridas y respetadas del cine español, ha fallecido a los 78 años, tal y como ha comunicado la Academia de Cine, institución que presidió en uno de los momentos más convulsos del sector. Paredes, con una trayectoria impecable en cine, teatro y televisión, recibió el Goya de Honor en 2018, reconocimiento que celebró su talento y elegancia en la gran pantalla.

Marisa Paredes siempre será recordada como una chica Almodóvar, con quien protagonizó algunos de los papeles más emblemáticos de su carrera y de la historia del cine español. Desde su primera colaboración en "Entre tinieblas" (1983), donde interpretó a la irreverente Sor Estiércol, hasta inolvidables protagonistas como "Tacones lejanos" (1991) y "La flor de mi secreto" (1996), su papel más reconocido por la crítica y el público.

Paredes también destacó en películas como "Todo sobre mi madre" (1999), donde interpretó a la actriz Huma Rojo, y en colaboraciones posteriores con Almodóvar como "Hable con ella" (2002) y "La piel que habito" (2010). Pero su talento traspasó fronteras, llegando a Hollywood y Europa. Fue parte del elenco de "La vida es bella" (1997), de Roberto Benigni, y trabajó con cineastas de la talla de Arturo Ripstein ("Profundo carmesí", "El coronel no tiene quien le escriba"), Amos Gitai, Raoul Ruiz y Guillermo del Toro en "El espinazo del diablo" (2001).

Sin embargo, el legado de Marisa Paredes no solo se cimentó en su trabajo interpretativo, sino también en su compromiso social y político. Como presidenta de la Academia de Cine, defendió la libertad de expresión en un momento delicado, marcado por la Guerra de Irak. Durante la polémica gala de los Goya, respaldó al sector en su crítica al gobierno de José María Aznar y pronunció unas palabras que siguen resonando en el tiempo: "No hay que tener miedo a la libertad de expresión, ni mucho menos a la sátira y al humor. Hay que tener miedo a la ignorancia y al dogmatismo. Hay que tener miedo a la guerra".

Marisa Paredes deja un vacío irreemplazable en la cultura española. Su elegancia, su voz y su compromiso marcaron una época, convirtiéndola en un icono inmortal del cine español.