Una menor de 14 años resultó herida de bala el pasado jueves durante un operativo de la Guardia Civil en la autovía A-5, a la altura de Santa Cruz del Retamar (Toledo).
La adolescente viajaba como acompañante en un vehículo conducido por su pareja, un joven de 20 años conocido por sus antecedentes delictivos, quien intentó escapar tras ser interceptado por los agentes. Según las primeras hipótesis, el disparo que hirió a la menor en el hombro habría sido realizado por la Guardia Civil en defensa propia, después de que el conductor intentara arrollarles.
Todo comenzó cuando una patrulla del puesto principal de Valmojado detectó un turismo realizando maniobras sospechosas en la A-5. Tras constatar que el vehículo carecía de seguro en vigor y de ITV, los agentes intentaron detenerlo. Sin embargo, el conductor hizo caso omiso y continuó su marcha. Otra patrulla, ubicada unos kilómetros más adelante, restringió el tráfico, obligando al vehículo a detenerse, tal y como ha adelantado 'El Digital de CLM'.
Cuando los guardias civiles intentaron identificar a los ocupantes, el joven reanudó la huida, arrastrando a una agente varios metros y aplastando los dedos del pie de otro. En ese momento, los efectivos realizaron al menos cuatro disparos, según se aprecia en un vídeo grabado por testigos del incidente.
LA MENOR ACUDE A UN CENTRO MÉDICO
Horas más tarde, la menor llegó sola al centro de salud de Torrijos con una herida de bala en el hombro. Aunque inicialmente afirmó haber sido atacada mientras caminaba por una calle, posteriormente confesó ser una de las ocupantes del vehículo interceptado y reveló su relación sentimental con el conductor, tal y como ha adelantado 'ABC'. Fue derivada al Hospital Universitario de Toledo, donde se confirmó que su lesión no era grave.
EL CONDUCTOR SE ENTREGA
El viernes, el conductor fugado se entregó voluntariamente en el juzgado de Torrijos. Mientras tanto, la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Toledo se ha hecho cargo de la investigación para esclarecer los hechos, incluyendo las circunstancias en las que la menor resultó herida.
Los agentes involucrados en el operativo no sufrieron heridas graves, aunque uno de ellos continúa recuperándose del daño en el pie. La Guardia Civil ha defendido el uso de sus armas reglamentarias como una medida necesaria ante el riesgo para sus vidas.
Las autoridades continúan trabajando para delimitar las responsabilidades y evaluar las posibles consecuencias legales para el conductor, cuya actuación puso en peligro tanto a los ocupantes del vehículo como a los agentes implicados.