El pasado viernes 15 de noviembre, se inauguró en el Estudio de Arte Gabriel Sosa de Talavera de la Reina, la exposición denominada “La Soledad de la Muerte”, de la artista Inmaculada Díaz Miguel.
Esta mujer toledana, con residencia en Pepino (comarca de Talavera de la Reina) y exprofesora de plástica de Educación Secundaria, muestra a través de 72 obras pictóricas inéditas y texto caligrafiado, la realidad de la vivencia personal de la enfermedad que padece y el oscurantismo con el que la sociedad trata la realidad de la muerte y la vida.
Si el arte es fundamentalmente expresión personal es, sin duda esta exposición artística, una explosión del sentimiento de la autora al enfrentarse al cáncer.
Tamaños pequeños, colores tenues, y líneas escritas a mano en la parte inferior de la mayoría de los dibujos, es el resumen de una vital exposición que desde hace unos días se puede ver en Talavera de la Reina.
La colocación de los cuadros en la sala principal de la galería de arte, se ha realizado con el objetivo de pretender que quienes contemplen los dibujos, se acerquen a los mismos sin miedo, y además de mirarlos y observarlos, puedan leer con detenimiento y sin prisa las frases escritas por la autora.
Los dibujos, tienen principalmente la característica de estar compuestos por trazos finos, muy finos, líneas rectas y curvas, hilos, como hilos de vida que en ocasiones cayeron y la artista los transformó en obras de arte.
Junto a los dibujos, que es lo que mayoritariamente se expone en la galería, el visitante encontrará también otras obras de arte, que, como esculturas de pequeño volumen y mucho color, penden desde arriba en una de las paredes de la sala principal centrando sin duda en ellas la crudeza máxima de la enfermedad como visión y sentimiento de la artista.
Lo que sugieren principalmente todos los dibujos que se pueden ver en la exposición, está ligado sin duda al sentir de Inmaculada Díaz Miguel en cada momento de su enfermedad y por ello esta exposición está cargada de realidad y emoción, muerte y vida.
En la exposición de encontraremos 72 obras originales que por primera vez son expuestas al público en una sala de arte, siendo la mayor parte de ellas, dibujos sobre papel y tela.
En cuanto a la técnica pictórica empleada por la autora son principalmente obras realizadas mediante cosido, plumilla, lápiz y acuarela.
En cuanto al significado de esta muestra artística, es probablemente la existencia y la muerte los ejes principales de las composiciones, siendo el cuerpo de la artista y la enfermedad las temáticas que aparecen de las obras a contemplar.
El dolor como percepción íntima de la autora, se muestra en muchas de las pinturas expuestas como algo desgarrador, un dolor físico y emocional y sufrimiento de los tratamientos y los cambios que ha sentido en su propio cuerpo y del cual, en palabras de la artista, no se habla habitualmente y que ha resumido la pintora en la siguiente reflexión como resumen de su exposición: “Una muestra intimista y reflexiva sobre la presencia de la enfermedad en un mundo que definitivamente le da la espalda.”
La muerte se presenta en esta exposición como relato, como llegada de una enfermedad invisible a un cuerpo frágil y sin apenas defensas y en el que un ejército invasor, a veces engañoso, destruye cruelmente todo lo que encuentra a su paso. En el dibujo encuentra Inmaculada Díaz un medio de expresión muy personal y directo, casi carente de muros, de límites, de tapujos. Es sobre todo exposición directa al contenido y lógicamente con escaso simbolismo y abstracción.
Sin duda, la autora, aparece en esta exposición como una mujer valiente, extremadamente valiente, que nos pone delante del visitante sus sentimientos, su propia vida y la experiencia auténtica de su día a día conviviendo con el cáncer.
La determinación y coraje de la artista se plasma en todos sus dibujos, trascendiendo probablemente sus sentimientos a la propia exposición, al plantear críticamente la realidad social del culto al cuerpo y los cánones actuales de imagen y belleza asociados al éxito.
Así, en palabras de Inmaculada Díaz: “La importancia de la carne como soporte del cuerpo que se deforma irreversiblemente frente a la enfermedad, inmerso en una cultura que no deja de inventar recursos para rendirle culto, para mantener las formas de la juventud de manera artificial y desesperada a pesar del paso del tiempo”.
Al ser Inmaculada Díaz una artista que encuentra en el dibujo el medio de expresión más a mano, se atreve probablemente a dibujar lo que para ella es la muerte. Muerte parcial, muerte troceada quizás, y también muerte como símbolo de soledad, llegar a lo inerte, las piedras, las rocas, lo no modificable y aquello en el que el tiempo ya no transcurre.
Buscando una posible relación entre la soledad y con el significado de lo pétreo, Díaz Miguel señala lo siguiente: "Como la enfermedad, la piedra se viste de puro silencio".
Esta extraordinaria exposición artística, agita al visitante, le sujeta y zarandea y no le deja indiferente. Pocas veces la enfermedad y la muerte aparecen como trasfondo de todas las obras que se pueden contemplar en una sala o museo, y en esta ocasión, podemos decir que el tema es tratado con máximo respeto, profundidad y sencillez.
Las obras expuestas por Inmaculada Díaz, no son desgarradoras en sí mismas, siendo por el contrario una invitación a conocer y reflexionar sobre la realidad del cáncer, y a percibir una muerte que acecha, una muerte a la que no es fácil parar y a la que Inmaculada Díaz Miguel hace frente cada día.
“La Soledad de la Muerte” se podrá visitar hasta el 17 de diciembre de 2024 en el Estudio de Arte “Gabriel Sosa” de Talavera de la Reina.