Ya podemos ver orugas procesionarias en Talavera de la Reina (Toledo). Este pequeño animal es conocido por sus peligrosas reacciones alérgicas que pueden afectar tanto a humanos como a mascotas.
Aunque a simple vista pueda parecer inofensiva, la ingestión de este insecto por el animal de compañía o el simple contacto con sus mucosas, especialmente en el caso de perros y gatos, puede llegar a generar graves consecuencias para su salud o, incluso, el fallecimiento del animal.
Los dueños de los perros en Talavera de la Reina llevan semanas viviendo con miedo y tensión por el adelanto de la eclosión de la Thaumetopoea pityocampa, más conocida como la procesionaria.
Estas orugas no solían hacer acto de presencia hasta los meses de marzo e incluso abril. Sin embargo, la subida de las temperaturas ha permitido que desde hace semanas puedan verse en algunos puntos de la ciudad, tal y como nos han hecho llegar nuestros lectores, que muestran su preocupación por la procesionaria del pino.
Pinares, parques, urbanizaciones, e incluso en jardines privados donde existen diferentes especies de pino albergan este tipo de insectos. Según ha informado a La Voz del Tajo una de nuestras lectoras, y como se ha publicado en grupos de Facebook, se han podido ver procesionarias en lugares como el parque situado en la Ronda del Cañillo, junto al río Tajo. “Llevamos así ya 20 días. Pido al Ayuntamiento que haga algo. Tengo mascota y no puedo pasearle a gusto”, comenta a este medio.
Desde Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) advierten de que apenas un mínimo contacto con la oruga procesionaria puede generar desde dermatitis a lesiones oculares, además de urticarias y reacciones alérgicas, debido a la liberación de histamina.
"Ni siquiera es necesario el contacto directo con las orugas, tan solo con el roce de uno de sus pelos, que estos insectos lanzan como estrategia de defensa al sentirse amenazadas, es suficiente para provocar irritaciones y alergias, especialmente si éstos alcanzan los ojos".
CONSEJOS. cuando paseemos con nuestra mascota es conveniente llevar con nosotros una botella de agua, preferiblemente caliente (dado que el calor desactiva la toxina), y una jeringa para lavar a presión la zona afectada, de forma que no pueda evolucionar hacia la necrosis y nuestra mascota pueda perder el tejido que haya entrado en contacto con la oruga”.
En el caso de que nuestro animal de compañía ya haya olfateado o tocado una, Gómez Constanzo aconseja que: “será de suma importancia llevarle al veterinario más cercano para que pueda ser tratado lo antes posible. Mientras tanto, siempre y cuando lleves guantes, puedes retirar el vello que haya podido dejar la oruga en el perro con mucho cuidado, ya que si lo tocas también te puede dar una reacción alérgica a ti.