Los buenos, los malos y Portugal

La decisión de aferrarse al sillón a toda costa de Pedro Sánchez, incluso desdiciéndose de aseveraciones hechas no hace demasiado tiempo (justo en campaña electoral, allá por julio pasado), es perenne.

El chantaje de Puigdemont es infinito. “No dejar ni un soldado caído” es su consigna y se comenta que en el trueque que quiere hacer con Sánchez entraría hasta la familia Pujol y sus tejemanejes.

Todo este tsunami de posibles decisiones que dicen ser democráticas ha provocado una riada de protestas, manifestaciones, enfrentamientos con la policía y hasta el ruego de Abascal a la policía para que éstos cometan un delito de insubordinación ante las órdenes de sus jefes.

Está quedando un panorama precioso de país. Sánchez y su nuevo PSOE, que casi nadie reconoce ya, la caga a marchas forzadas. Puigdemont sacando tajada de la res derribada. Los vascos de Otegui afilando sus dagas y el PP escondido sin que se le vea mucho mientras su líder acaricia el gato sentado en el sillón de Génova.

Bueno y nos queda VOX que ya he dicho que llama a la insubordinación policial mientras enciende las calles en busca de un nuevo alzamiento nacional. Todo muy democrático.

Fíjense qué contraste con nuestros vecinos de Portugal donde el Primer Ministro Antonio Costa dimite porque sobre él se ha cernido la duda de un posible delito de corrupción. Repito, posible. Mientras aquí, a los prófugos y condenados se les quiere tender alfombra roja por unos y casi pasar a cuchillo por otros.

Ahora díganme quiénes son los buenos y quiénes los malos.

Por eso, menos mal que nos queda Portugal.

Este país se ha vuelto loco de atar y no sabemos cuándo fue. Pero luego tenemos el vodevil de la madrileña Ayuso, que quiere quitarle el impuesto a los ricos mientras Cáritas nos sorprende cifrando en dos millones y medio los pobres de España.

Perdón, pero ¿se puede ser más inhumano? Eso de los pobres a I.D.A. y a M.A.R. les queda muy lejos. Que nos expliquen por qué defienden a los ricos mientras los demás cada vez somos más pobres.

Y acabo con García-Page, Javier, el hermano del presidente de Castilla-La Mancha, que ha dejado de pertenecer al PSOE actual. Conociendo un poco a la persona y su perspicacia… el paso no ha sido improvisado. Habrá salido de su fuero más interno pero segundas lecturas seguro que hay y saldrán en breve a la luz.