Puede que estemos ante uno de los veranos más calientes de los últimos años y no me refiero a la temperatura, que para eso está mi compañero, amigo y paisano Roberto Brasero.
Obviando, que es mucho obviar, el calorín que hemos sufrido estos meses, el ardor informativo que se nos ha venido encima bien merece una reflexión.
A estas alturas, todo el mundo tiene una opinión sobre el “caso Rubiales” y la mayoría censura al aún presidente de la Federación futbolera por el beso que se retransmitió al mundo, pero… ¿es suficiente un pico para echarlo?
Rubiales es mucho más que un beso, un pico o un agarrón de testículos con fruición. Rubiales es un cafre con ansias arribistas al que le ha ganado la soberbia y que ha desbarrado por el ansia de poder que le ha otorgado el puesto de presidente.
Rubiales es el ejemplo más claro del que se aferra al cargo a costa de lo que sea y renuncia a la elegancia, la educación, la dignidad y el saber estar por el dinero que le hará disfrutar los años que le queden. Rubiales no es más que la demostración de los monstruos que crea esta sociedad en la que vivimos donde un mono con dos pistolas puede sembrar el terror antes que los demás caigamos en el error.
El problema llega cuando el fragor feminista extremo se acerca peligrosamente a la anacrónica defensa de los que parapetan a Rubiales a costa de lo que sea dejándonos a todos estupefactos. Porque si gana Rubiales ahora, ¿qué futuro le esperaría en la Federación de Fútbol? En el otro extremo, hemos obviado mil situaciones parecidas de otros y ahora nos rasgamos las vestiduras.
Ante esta tesitura, vuelve de nuevo el que siempre está escondido y no por voluntad propia. El menos común de los sentidos, el sentido común, florece a las puertas del otoño. Rubiales tiene que ser apartado de inmediato por todo lo turbio que ha hecho, incluido el famoso pico. Y nosotros debemos ser feministas de verdad impidiendo agresiones, posturas y hasta insinuaciones, pero no hagamos que ciertos árboles nos impidan ver el bosque.
Daniel Sancho, Donald Trump, Pedro Sánchez, Núñez Feijóo, Yevgueni Prigozhin o la vuelta al cole… lo dejamos para más adelante. Ah, y no lo olviden. Somos campeonas del Mundo.