El Consejo Interterritorial de Salud ha acordado en la tarde de este viernes la retirada definitiva de las mascarillas en centros de salud, hospitales, farmacias o centros de mayores. Con esta medida era la última pendiente de revisar desde que el elemento de protección frente al COVID se hizo obligatorio en farmacias, hospitales y centros sanitarios y sociosanitarios hace más de 1.100 días.
Ese ha sido el parecer también del consejero de Sanidad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, que ha aseguado en la mañana de hoy que había llegado el momento de decir adiós a las mascarillas en entornos sanitarios y dar un paso hacia la normalidad.
Sólo queda esperar a que el Consejo de Ministros apruebe, previsiblemente este martes, el decreto que hará efectiva la nueva regulación, aunque se recomendará su utilización cuando haya síntomas de infección respiratoria. Tras la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la medida entraría en vigor.
El ministro de Sanidad, José Miñones, ha consensuado la decisión con los diferentes consejeros de los gobiernos autonómicos en el Consejo Interterritorial de Salud, teniendo en cuenta que el ministro ha insinuado en los últimos días que aún se podría mantener la obligatoriedad de las mascarillas en algunos espacios sanitarios donde haya especiales características como los entornos de pacientes inmunodeprimidos, las UCI, las zonas de enfermos oncológicos, quirófanos o urgencias.
Esta esperada decisión se toma en base al informe técnico de los expertos del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), liderados por el doctor Fernando Simón.
Hasta el momento, las mascarillas eran obligatorias en los centros y servicios sanitarios como hospitales, centros de salud, clínicas dentales, centros de reproducción humana asistida, centros de interrupción voluntaria del embarazo y otros centros de atención especializada.