El
fin de las clases significa
mayor libertad de movimientos para los
niños y niñas y
más quebraderos de
cabeza para los
progenitores. Según el buscador de precios
Jetcost, uno de cada cuatro padres reconoce haber perdido a sus hijos durante el verano, aunque la mayoría los encontró a los pocos minutos.
Ya sea en el camping, la playa o la piscina, resulta difícil mantener vigilados a los pequeños en todo momento, por eso cada verano crece la demanda de dispositivos infantiles dotados con GPS. Los más solicitados son los relojes inteligentes cuyo geolocalizador es capaz de ubicar a su portador en cualquier lugar del mundo. “Esta tecnología da mucha seguridad a los padres y madres porque les permite saber dónde están sus hijos y comunicarse con ellos en caso de emergencia y, a su vez, son resistentes y muy cómodos de llevar”, explica Jorge Álvarez, CEO de SaveFamily, la marca española de relojes con GPS más vendida de España.
Según esta empresa, entre los meses de junio y agosto, la venta de relojes aumenta un 21%. Además, estos relojes pueden emitir y recibir llamadas a una agenda gestionada por los adultos e incluso, en el caso del ICONIC Plus 4G de SaveFamily, chatear a través de WhatsApp, ya que es el único smartwatch del mercado que incorpora esta aplicación de mensajería instantánea. “Nos los solicitan muchas familias que planean viajes al extranjero, sobre todo por Europa donde son compatibles, y para visitas de grandes parques temáticos como Disneyland Paris, Warner o Port Aventura”, continúa Jorge Álvarez.
¿Qué ocurre cuando un niño se pierde?
Los relojes inteligentes están dotados de un botón SOS que lanza automáticamente una llamada a tres contactos previamente seleccionados cuando se presiona durante cinco segundos. Así los pequeños pueden pedir ayuda en caso necesario y hablar con sus progenitores de manera inmediata.
Ahora bien, desde SaveFamily advierten de que estos dispositivos son solo una herramienta que no puede sustituir a la responsabilidad y a la labor de educación de las familias. “Aunque fomentan la autonomía de los pequeños y aportan tranquilidad a los mayores, su función no es la de vigilar ni la de suplantar a los padres y madres”, añade Jorge Álvarez.