El
15 de junio de 1977 —se han cumplido 46 años o lo que es igual a uno más del nacimiento de esta
Voz del Tajo que ustedes contemplan y que este año de 2023 festeja su 45 aniversario— es una fecha histórica para España,
Castilla-La Mancha y nuestra provincia de Toledo. Y lo afirmamos porque ese día las
elecciones celebradas eligieron a los miembros que iban a
constituir las Cortes —el Congreso de los Diputados y el Senado—.
Fueron unos comicios de carácter histórico, ya que constituyeron las primeras elecciones libres que se celebraban en el país desde los tiempos de la Segunda República, concretamente desde febrero de 1936. Fueron también las primeras elecciones libres que se celebraban tras la dictadura de Francisco Franco. Y conviene recodar —para que la Memoria no olvide— todo el proceso que los partidos políticos desplegaron en nuestra provincia de Toledo y, especialmente, en nuestra Ciudad de Talavera de la Reina. Las elecciones fueron convocadas por el presidente del Gobierno Adolfo Suárez a través del Real Decreto 679/1977, de 15 de abril.1 Las Cortes resultantes de estos comicios fueron las que aprobaron poco después la Constitución de 1978.
AQUELLA CAMPAÑA
A sólo un mes —tras la disolución del Parlamento por Pedro Sánchez— de que todos nosotros volvamos a ejercer el derecho al voto y antes de comenzar una campaña que seguro dará mucho que hablar, aquí les dejamos todos los detalles de esos momentos históricos. Por Talavera de la Reina desfilarían los más importantes líderes políticos del momento intentando captar el voto de los talaveranos. Felipe González, Santiago Carrillo o Blas Piñar se acercarían a la Ciudad de la Cerámica intentando convencernos de la conveniencia de que les mostrásemos nuestra confianza. Y hoy se lo vamos a recordar.
Y así se lo contábamos en nuestra edición impresa. Para Talavera la campaña electoral, o el precalentamiento para la misma empezó el 10 de marzo. Salió al ruedo en primer lugar Alianza Popular. Estuvieron presentes dos ex-ministros de Franco, Licinio de la Fuente y Cruz Martínez Esteruelas. A aquellas alturas daba la sensación de que los "siete magníficos" iban a llevarse de calle al electorado. Habló bien Esteruelas ante un público educado y complaciente en el que no había juventud.
El Partido Socialista Democrático Español, de Antonio García López, y el Partido Socialista Obrero Español se disputaron la atención del público una semana después. El tres de abril y 25 de marzo respectivamente. Mesurados los primeros, entusiastas los segundos, lograron, estos últimos, reunir numeroso público que hasta aquel momento no había salido a la palestra de la luz pública. El peso de esta aparición lo llevaron los comités provincial y local.
Con la Semana Santa por medio, la legalización del Partido Comunista y presentación en todos sus discursos en la problemática de Talavera, descubriendo por ahí un filón que había estado ausente en la tónica de los otros partidos y que los comunistas explotarían después en otros mítines. Fue un acierto que levantó entusiasmo.
La campaña electoral más inmediata es la historia de ayer, que todos recuerdan. Los dos grandes vencedores trajeron a líderes de talla nacional: Felipe González, Garrigues Walker y Fernández Ordóñez. También el partido comunista trajo a dos de los grandes: Marcelino Camacho y Sánchez Montero. La unión de Centro puso más atención en la campaña de publicidad que en los mítines, mientras que los partidos de izquierdas, deseosos de entrar en contacto con el electorado, hicieron de cada mitin un acto de confraternidad entre los líderes y los simpatizantes.
Por el momento hemos superado la primera etapa de la democracia. En los comités locales y provinciales cada grupo político estará sacando sus conclusiones y analizando los errores y aciertos que ha tenido. La impresión que tiene este periódico es que los candidatos que van a representar a la provincia se van a ocupar, como casi todos los candidatos —a excepción de los catalanes y vascos— de los grandes problemas de la nación dejando en segundo término los anhelos provinciales. Si así fuera, muy pronto el electorado revisaría conceptos. Aunque es pronto para vaticinar, ahí queda apuntado un peligro que muchos no estimarán como tal. Por el momento, dicen, ha sonado la hora de la democracia y es lo único que importa.