El servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Toledo, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), ha participado en un nuevo estudio multicéntrico sobre el manejo de los pacientes sometidos a ventilación mecánica, que ha sido publicado en el último número de la revista internacional Intensive Care Medicine.
El doctor Gonzalo Hernández Martínez ha liderado este estudio junto a los doctores Irene Paredes, Francisco Moran, Marcos Buj, Laura Colinas, María Luisa Rodríguez, Alfonso Velasco, Patricia Rodríguez, María José Pérez-Pedrero y Rafael Cuena, del servicio de Medicina Intensiva del Hospital de Toledo; Fernando Suarez-Sipmann del Hospital de la Princesa de Madrid; Alfonso Canabal de la Universidad ‘Francisco de Vitoria’, Lluis Blanch del Ciber Enfermedades Respiratorias (CIBERES) y Oriol Roca del ‘Parc Taulí’ Hospital Universitario de Sabadell.
El doctor Hernández ha explicado que este estudio aporta nuevos datos sobre el manejo de los pacientes que han estado sometidos a ventilación mecánica y que, tras mejorar del problema médico que motivó este tratamiento tan agresivo, les han podido retirar el tubo para respirar que debe ser introducido a través de la boca hasta la tráquea.
Se han desarrollado varias terapias para prevenir el fracaso de la retirada, como son la ventilación mecánica no invasiva o la terapia de alto flujo. El nuevo estudio ha detectado las características de los pacientes que orientan a la selección de una de estas opciones, en los que se ha conseguido reducir de forma significativa la necesidad de volver intubar y conectar la ventilación mecánica.
Además, al ser este estudio el primero que aplica un nuevo dispositivo que acondiciona los gases medicinales que se administran al paciente y que no solo mejoran su confort, permite aplicar esta terapia preventiva prácticamente la totalidad del tiempo indicado para aumentar su eficacia.
El doctor Hernández, que presenta una larga trayectoria en este campo de la medicina con estudios pioneros en la prevención del fracaso respiratorio tras la retirada de la ventilación mecánica, ha indicado que este problema afecta aproximadamente al 15 por ciento de los pacientes que requieren este tratamiento, lo que conlleva un empeoramiento de su pronóstico, una estancia hospitalaria prolongada y secuelas a largo plazo.