Leía días atrás a un compañero que hay momentos en la vida en los que es necesario pegar un puñetazo encima de la mesa y éste es uno de ellos.
La basura, sin más paliativos, que escupen algunos que se llaman a sí mismos políticos y que ocupan cargos orgánicos en formaciones de representación pública han calificado sus actos como reales cubos de basura.
Las urnas les otorgaron incapacidad manifiesta y tienen que recurrir a la mentira para publicar un titular falso que les acerque un poco más a sus añorados líderes del pasado.
Recuerden lo que decía el desgraciadamente conocido ministro de la propaganda nazi de Hitler, Joseph Goebbels: “una mentira mil veces dicha, se convierte en una gran verdad”. Y algunos son ejemplo de ello.
Porque, ¿quién es Paco Núñez sino un pequeño aprendiz de Cospedal que no es capaz de dominar siquiera las tripas del PP de Castilla-La Mancha y al que le gusta más repetir en voz alta una falsedad que proponer una idea alcanzable?
¿Acaso conocen a David Moreno, cuya única virtud ha sido ser el postre de una candidatura regional de VOX después que otros la rechazaran y al que en Talavera se le conoce por su bipolaridad política? Defiende en trasvase en Murcia y aquí quiere revolucionar la agricultura pero… ¿con qué agua? Mejor que se lo haga mirar.
Pues eso, ha llegado la hora de quitarles la careta a esos salvadores de la patria que recorren hoy nuestra Castilla-La Mancha mendigando votos para nunca más volver a saludar a quienes ahora besan.
Quizá el camino que eligió José María Aznar después de perder con Felipe González en 1993 es la senda elegida hoy por Núñez y Moreno. Si los votos no te dan, mejor inventar un escándalo.
En estos tiempos preelectorales, estos dos falsos hermanos de la caridad prefieren lucir escandalosas mentiras a batirse en justa batalla electoral. Las encuestas no les dan y han optado por enfangarse en el peor de los trilerismos. Pues, entonces, que comience el juego.