Un año y medio ha transcurrido desde la desaparición de Antonio David Barroso, el joven de 15 años, con un alto grado de discapacidad, al que presuntamente dio muerte su madre, Macarena, en el transcurso de un viaje entre Morón de la Frontera (Sevilla) y Carabias (Segovia). La última vez que se vio a Antonio David fue en el Hotel Perales de Talavera de la Reina (Toledo), pasadas las nueve y media de la noche del 13 de septiembre de 2021.
La mujer llegó a decir que ella misma había matado al chico y después se habría deshecho del cadáver arrojándolo en unos contenedores de las afueras de Madrid. Posteriormente alegó que el menor "murió" y que por eso se desprendió del cuerpo.
Como la mujer presentaba alteraciones mentales, fue trasladada al centro psiquiátrico del hospital de Segovia para recibir asistencia especializada. Actualmente la mujer está en libertad.
Las autoridades investigan si ella realmente lo asesinó y, sobre todo, dónde se encuentra David, pues hasta la fecha no ha habido rastros de él.
El pasado noviembre, la UFAM Central de la Policía Nacional, que dirige la investigación, solicitó al actual juez instructor que impute a Macarena por homicidio. Todavía no hay respuesta.
Recientemente se ha conocido la desgarradora carta que, ante la desesperación por conocer el paradero de su hijo, redactó el padre del menor.
A continuación, reproducimos la misiva del progenitor, difundida por ABC:
"A Macarena. Como madre, deberías entender por lo que estoy pasando. Si lo que querías es hacerme daño, lo has conseguido. Si no es así, y realmente sientes lo que yo siento, debes saber que ya no soy ni voy a volver a ser el mismo.
Es una tortura despertarme cada mañana y pensar que David no está entre nosotros, en cada instante de cada fatídico día, tengo a David en mis pensamientos, pasan las horas, pasan los días y me hundo cada vez más en la desesperación de no saber dónde está mi hijo.
Intento encontrar alivio en la medicación y el sueño, busco no pensar para poder descansar, pero cada vez que cierro los ojos lo veo arropado en un contenedor con una manta, y desde que declaraste que murió con gran sufrimiento, lo veo agonizando. Ya he perdido 20 kilos y lo único que me anima a seguir adelante son mis hijos, que me necesitan.
Lo he dado todo para ser bueno como padre, dando lo que no tenía a mis hijos, y lo sabes bien. De vez en cuando, escucho tu último audio, en el que me decías que era un buen padre. Hubo un tiempo en el que fuiste una buena madre, no entiendo cómo has podido hacer esto y por eso me duele tanto. No tengo odio, no tengo rencor, sólo me queda la pena y el dolor.
Todo el mundo coincide en que tu vida sigue tal cual, como si nada hubiera ocurrido, no parece que tengas pena por una desgracia de tal magnitud. No entiendo por qué te comportas así, pensaba que realmente lo querías, de hecho llegué a pensar que David era lo más importante para ti.
Si de verdad alguna vez has amado a tu hijo, si te arrepientes por lo que has hecho y quieres hallar la paz, debes decir dónde está tu hijo. Si es necesario yo te acompaño donde sea. Hazlo por él. David merece una sepultura digna y que todos nos podamos despedir de él. ¡Por favor, di dónde está!”.