La desesperación en política se nota demasiado cuando el despropósito entra en escena y, desgraciadamente, en esta tierra nuestra lo está haciendo hasta extremos insospechados.
Cuando el argumento no convence ni al pariente hay que tirar de inventiva para sacar un titular en la prensa.
Si funcionó lo de los paletos que defendían al Tajo, ¿por qué no abanderar otro estrambote y pedir al contrario que haga lo que yo quiera?
Sinceramente, la deriva que ha tomado Paco Núñez en las últimas semanas es para hacérselo ver. Y podrán pensar, como ya lo hace algún lugarteniente suyo al que le huelen las manos a cloro, que le critico por deporte, pero no.
Lo cierto es que me sorprende, me alarma y hasta me apena que todo un presidente de un partido político se crea las barbaridades que salen por su boca últimamente.
Y la referencia es clara. La petición de Núñez a Page para que prácticamente se afilie al PP y pida la dimisión de Pedro Sánchez a cuenta de un adelanto electoral.
Miren, usted también señor Núñez, Page tiene muchos defectos, hace cosas mal, se equivoca en ocasiones pero lo que queda fuera de toda duda es su libertad de pensamiento dentro y fuera del PSOE.
Si hay un presidente verdaderamente nacionalista es el que preside hoy en día Castilla-La Mancha, por dos razones. Porque defiende a su tierra sin ambajes y porque su españolismo está fuera de toda duda.
Si es la envidia, el sentimiento de culpa o incluso la sensación de impotencia los que hablan por usted, se comprende. Pero si las palabras han sido reflexionadas y valoradas las frases, entienda que dude muchas cosas. Y no solo yo, mucha gente también de su orientación política.
Ah, dígale de mi parte a su secretario de comunicación que lo suyo cada vez está más… cloro y que se asegure que haya agua en la piscina cuando se lance. Más que nada, porque no se haga daño.