El pasado 20 de septiembre de este mismo año desapareció Dana, una perra mestiza de setter y pointer que tiene tan sólo un año y pesa 27 kg.
La Voz del Tajo ha podido hablar con su dueña, quien nos ha contado que desapareció una mañana que salió a corretear con su hermana Heka, quien también se perdió por la zona y luego apareció en casa esa noche con el rabo roto y muy asustada.
“Los días siguientes, al salir de paseo, tenía mucho miedo al acercarse a zonas transitadas, sobre todo a una zona cercana a un chino y al Mercadona, por lo que creemos que a lo mejor han intentado robarlas”, ha relatado sobre Heka la dueña de Dana a este medio.
“Se acerca a todo el mundo y es la perra más tranquila e inofensiva que conozco”
Según nos cuenta, Dana es muy confianza y cariñosa. Además le gusta mucho corretear y aunque jamás le han incentivado su instinto de caza, es bastante buena. Lleva un collar morado, chapa y gps sin batería.
“Le cuesta separarse de nosotros, nunca se escapan ni se alejan de casa. Hemos contactado con crematorios y servicio de carreteras por si estuviera atropellada, pero ningún cadáver coincide con su número de chip”, ha concluído.
Por otra parte, en Illescas también ha desaparecido una gata, a la cual llevan buscando desde el 1 de julio de este año. Mía es una gata siamesa, tiene 4 años, tiene las cuatro patas como con calcetines marrones, en la tripa tiene una línea marrón. Está castrada, tiene chip y los dueños ofrecen una recompensa para la persona que la encuentre.
La Voz del Tajo ha podido hablar con sus dueños, quienes nos relatan que fue en pleno verano y en la calle donde vive hacen un cine de verano todos los años enfrente de mi casa en la calle herradura en Illescas, viene mucha gente, y muchas familias a ver cine o teatro.
“Esa noche mi madre estaba en el patio viendo la tele porque tuvo una caída y no podía moverse pero escuchó como alguien decía que era una gata muy bonita y qué pasaría si se la llevaban. Ella intentó salir para evitarlo pero cuando salió ya no había nadie”, ha contado a este periódico.
Nos cuenta que desde el primer día que desapareció no he dejado de buscarla por todos lados, incluso por pueblos cercanos. “Hice carteles, denuncié su desaparición ya que mi gata tenía chip, recibí muchas amenazas de gente oculta. A día de hoy sigo compartiendo todos los días sus fotos, sigo colgando carteles y buscándola”, ha concluído.