Alrededor de 50 peregrinos de las diócesis de Toledo, Mérida-Badajoz, Coria-Cáceres y Plasencia se encuentran peregrinando en Tierra Santa, con motivo de la colocación de la primera piedra de la que será la capilla dedicada a la Ntra. Señora de Guadalupe, en el Campo de los Pastores, en las inmediaciones de la ciudad de Belén.
Esta peregrinación se desarrolla desde los días 2 al 9 de octubre y está presidida por el Arzobispo de Toledo y Primado de España, Francisco Cerro Chaves, a quien acompaña el provicario general de la archidiócesis de Toledo, don Raúl Muelas. La construcción de esta capilla es uno de los frutos del año jubilar guadalupense que concluía el pasado 10 de septiembre
Uno de los momentos más importantes de esta peregrinación ha tenido lugar durante esta mañana de 6 de octubre, en la localidad de Beit Sahour, cuya población es mayoritariamente cristiana, y donde se ubica el conocido “Campo de los Pastores”, en las inmediaciones de la ciudad de Belén, perteneciente a la Custodia Franciscana de Tierra Santa.
La solemne ceremonia daba comienzo, a las 9 de la mañana, en la conocida como “Gruta de los Pastores”, donde ha tenido lugar la concelebración eucarística presidida por don Francisco Cerro, en la que han participado los sacerdotes franciscanos, P. Silvio de la Fuente, responsable de la Custodia de la Tierra Santa para este lugar, y el P. Manuel Lama, muy vinculado con Extremadura, además de don Raúl Muelas y otros sacerdotes participantes en la peregrinación.
Al finalizar la Eucaristía, don Francisco Cerro entregaba a todos los peregrinos una pequeña imagen de la Virgen de Guadalupe, plasmada en madera de olivo y elaborada en Belén, para posteriormente acudir en procesión hasta el lugar exacto donde se construirá la capilla que llevará el nombre de la patrona de Extremadura y Reina de la Hispanidad, Ntra. Sra. de Guadalupe.
En el lugar exacto de la futura capilla, se ha procedido a la bendición de la primera piedra, quedando al descubierto un azulejo talaverano “que no ha sido enterrado, sino que ha quedado a la vista, en un pequeño monolito” ha explicado el provicario general de la Archidiócesis de Toledo.
En este azulejo de 25 x 15 centímetros están plasmados el escudo episcopal del arzobispo de Toledo, además del logotipo del año jubilar guadalupense, clausurado recientemente. En este azulejo, elaborado en Talavera de la Reina, se reproduce, igualmente, la aparición de la Virgen María al pastor Gil Cordero, en las inmediaciones de la actual Puebla de Guadalupe.
Por otra parte, en un pequeño cofre que ha quedado enterrado, junto a la primera piedra, se ha depositado un pequeño corazón elaborado con madera de olivo de Belén, “simbolizando la unión entre la Tierra Santa y Ntra. Sra. de Guadalupe”. Igualmente se ha depositado una cruz de tau, también elaborada en madera, como símbolo de la familia franciscana, quien custodia la Tierra Santa. También se ha introducido un sobre que contiene un billete de 5 euros, junto al acta firmada por el arzobispo de Toledo, donde se recoge este momento histórico.
Al finalizar la bendición don Francisco ha entregado a la Custodia Franciscana otro gran azulejo, enmarcado, que se ubicará en la sacristía de la futura capilla. La última de las elaboraciones cerámicas será un retablo que se colocará, una vez finalizada la construcción de la capilla, y donde se podrá contemplar la imagen de la Virgen de Guadalupe.
El arzobispo de Toledo subraya que esta edificación en honor a la patrona de Extremadura es también “un homenaje a los pastores extremeños y recordamos al primero de ellos al que se le reveló el lugar donde permanecía oculta la imagen de la Morenita: Gil Cordero”.
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