miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h
Es hora de analizar el contenido del debate sobre el Estado de la Nación 2013 y emitir una condena rotunda sobre las formas empleados por el presidente del gobierno y el líder de la oposición, [...]
[...] que se exhibieron sin pudor, ante todos los españoles, como dos vulgares bravucones de barriada peleando en cualquier plaza pública. Lamentable espectáculo cuando el país está en crisis profunda y sus ciudadanos demandan un esfuerzo de unidad y cooperación para solucionar los graves problemas que nos empujan hacia el precipicio.
El debate fue un derroche de vulgaridad y bajeza, justo cuando el país necesita eficacia, solvencia y coherencia. Rajoy y Rubalcaba se exhibieron como dos chulos peleando con navaja, como dos matones sin educación ni tacto, más interesados en humillar al contrario que en resolver los problemas de España.
Con esas premisas, el debate ofreció a los españoles un patético y bochornoso espectáculo ajustado a lo que es la España del presente y marcado por la nula calidad de su sistema político, una vulgar dictadura de partidos disfrazada de democracia, habituada a delinquir, a moverse con impunidad y a despreciar a los ciudadanos. La España política real es la que contemplaron estupefactos los españoles en el debate sobre el estado de la nación: un país dominado por bandas-partidos, cada una de ellas gobernada por un mequetrefe pendenciero, sin capacidad, educación ni inteligencia.
No me gusta Rajoy porque es un tipo rancio, un elitista enemigo del ciudadano e ignorante en democracia y tampoco me gusta Rubalcaba, que se comporta como un hipócrita redomado que defiende todo lo que no quiso o no supo hacer cuando hace bien poco gobernaba con su jefe Zapatero.
Ambos, deberían dimitir, tras disolver sus respectivos partidos para dar a España la oportunidad que merece, tras soportarlos demasiado tiempo en el poder. Ambos, deberían dar paso a la imprescindible regeneración, con una Constitución democrática, con un régimen al servicio del ciudadano y con una ética solvente y sólida presidiendo la vida política y la convivencia, algo que hasta ahora nadie ha visto en esta España secuestrada por sus partidos políticos, corrupta, sin democracia y llena de ciudadanos que sufren sin confianza ni ilusión, mal gobernada y camino de la pobreza y del fracaso.
Y es que, a través de este paisaje y paisanaje, es evidente que España tiene de democracia lo que Belén Esteban de filósofa. Todo es un amasijo de injusticia y abuso de poder. Si algo está quedando claro en esta España atormentada por sus políticos y plagada de injusticias y corrupciones, es que su sistema no es democrático. Ni una sola de las reglas y normas claves del sistema democrático se cumplen en esta España donde llaman democracia a una vulgar y sucia dictadura de partidos políticos sin control y sin ciudadanos.
Por tanto, lo del debate sobre el estado de la nación, me pareció una patética parodia, bastante bochornosa y exenta de vergüenza, honestidad y dignidad. Digamos que, algo parecido, en términos de hipocresía, a lo de la pasada entrega de los Goya.