La Coordinadora Agraria COAG de Castilla La Mancha ha alertado de que, con los precios lanzados por la principal industria vinícola de esta región (0,20 euros el kilo para blancas y 0,24 euros el kilo para tintas), los viticultores manchegos perderían 900 euros por hectárea de uva blanca airén y 1.000 euros por hectárea en tinta tempranillo.
En una cosecha lastrada por la sequía que ha hecho perder la quinta parte del total hay que sumar "la vertiginosa subida" de gastos como fertilizantes, gasóleo o electricidad", según informa la organización en nota de prensa.
Además, "resulta inconcebible que se pretendan pagar unos precios un 15% por debajo de las liquidaciones finales de la campaña anterior".
"Es necesario intensificar los controles ante la opacidad de industriales y bodegas en el primer tramo de la presente vendimia. Tras varias semanas recogiendo uva, la confusión e incertidumbre reina entre los viticultores ante la ausencia de tablillas con precios de referencia.