El desbocado incremento de los costes de producción, con unos precios en origen que no dejan beneficios, y la falta de soluciones reales por la falta de agua y unas campañas agrícolas marcadas por la sequía en zonas mayoritariamente de secano, como es la provincia de Toledo, hacen que la situación ya sea muy difícil en el sector productor y se espera que empeore de cara al otoño, fecha en la que, de no darse un giro en la política del Gobierno sobre la agricultura, se volverían a convocar movilizaciones.
ASAJA de Toledo reclama que se ponga en marcha una política hidráulica que vertebre el país, una política solidaria en materia de agua que dé soluciones al problema de la sequía, llevando el agua donde se necesite y modernizando los regadíos existentes.
Esto, que la organización agraria lleva años demandando, es ya urgente pues la sequía, que se une al resto de problemas del sector agrario, está mermando todas las producciones y, con ello, la rentabilidad de las explotaciones, que no pueden repercutir en los precios en origen la subida de los costes de producción.
La organización agraria denuncia que el Gobierno ignora al sector primario y, así, asistimos al espectáculo de unos fondos europeos que no llegan, en muchas ocasiones, directamente a los productores.
Tampoco se acometen todas las obras hidráulicas que serían necesarias en nuestra provincia, que riega menos del 15% de su superficie de cultivo, a pesar de tener uno de los índices de pluviometría más bajos de España.
ASAJA recuerda que se pueden usar los Programas de Mejora de la Eficiencia y Sostenimiento de Regadíos incluidos en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (fondos Next Generation) de la Unión Europea. Esto supondría trabajar de manera eficaz para solucionar un problema real, en lugar de hacer demagogia y políticas restrictivas, que son las soluciones que se da a cualquier problema desde el Ministerio de Transición Ecológica. Estos fondos cofinancian hasta en un 80% obras y mejoras hidráulicas.
REDUCCIÓN DE CABAÑAS GANADERAS
Un año más, los ganaderos de la provincia de Toledo tienen que reducir el número de cabezas de ganado por falta de recursos hídricos. La situación es dramática en zonas como Menasalbas, que aglutina buena parte de la producción de vacuno de carne de España, donde algunas explotaciones han reducido a la mitad sus cabañas ganaderas para adaptarse a la capacidad de unos pozos que, en verano, están muy agotados.
En esta zona, en campañas anteriores se recurría al apoyo de pozos municipales, pero el coste de la extracción, con el elevado precio del gasóleo y el incremento de los costes laborales, están llevando a los ganaderos a no recurrir a ellos.
En cuanto a la agricultura, la cosecha de cereal ha caído más de un 30% en la provincia por la sequía, mientras que la vendimia, que se adelantará unos 15 días, se prevé corta sobre todo en el viñedo de secano. El calor ha secado hojas y fruto, afectando la caída de las primeras a la fotosíntesis de la planta y, con ello, a la óptima maduración del fruto.
Otro de los cultivos afectados por la sequía es el olivar, mayoritariamente de secano en Toledo, con árboles que han conservado poca flor, lo que augura una campaña muy baja. Y a estas pésimas expectativas, se unen los frutos secos, muy afectados por las heladas de abril y, ahora, por la falta de lluvias.
El agua, siempre con un uso eficiente y controlado de este recurso, es fundamental para producir alimentos y asegurar no solo la rentabilidad del sector primario sino también la soberanía alimentaria de la sociedad.