OPINIÓN EN LIBERTAD
miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h
Únicamente hace falta bucear un poco en la hemeroteca de este periódico para ver cómo el trasvase ha venido marcado la vida de esta ciudad desde los últimos años setenta hasta ahora.
Algunos de aquellos valientes que se encerraron en el edificio del ayuntamiento siguen circulando por las calles de esta Talavera del desánimo, y pueden explicar lo que supuso la aprobación de un trasvase por el que parece que aún no se han cobrado las compensaciones prometidas. La decisión gubernamental llegó hasta dividir a la extinta UCD, que presidía la Diputación, y el Gobernador Civil de entonces –que era el actual marido de María Dolores de Cospedal- declaró –en el número de La Voz del Tajo, con fecha 29 de agosto de 1979- que había agua para todos. Comunistas y socialistas talaveranos se le echaron encima y hasta el sindicato Comisiones Obreras pidió su dimisión. De nada sirvió la movida, el trasvase cristalizó y aún hoy sigue vigente.
Muchos años después, la guerra por el agua sigue desatada y las declaraciones de los políticos de turno continúan molestando. Las últimas que han levantado ampollas han sido la de la portavoz municipal María Rodríguez, que ha afirmado sin rubor que el último trasvase de 76 hectómetros cúbicos que se ha aprobado no afecta negativamente a Talavera. Rodríguez, además, recuerda que el agua es de todos. Al escuchar estas declaraciones, por un momento, creí que la ciudad vivía en el 79.