Tomás Rufo fue el único que pudo puntuar en la segunda Feria de la Madeleine de Mont de Marsan, cortando una oreja del sexto y único toro que se movió con más celo dentro de una deslucida corrida de Hermanos García Jiménez.
Actuar en esta feria francesa ha sido uno de los eventos más importantes en el calendario del torero de Pepino, y en un cartel así.
Hace dos años tenía su alternativa anunciada para el 22 de julio allí, algo que evitó la pandemia. La trayectoria del torero ha sido fulgurante sobre la base de tomar ese avatar del destino como un inconveniente en el que tenía que crecer cómo torero y persona.
Rufo cortó la oreja tras una faena ligada sobre ambas manos, bien cosida y entregada que llegó al público. Destacó su toreo en redondo.
Aseguró el premio con una estocada eficaz. Antes Rufo fue silenciado frente al tercero, que tuvo escaso fuelle y no dio posibilidad de triunfar. El torero de Pepino anduvo pausado en una labor correcta a la que le faltó antagonista.
Lo hizo ante un encierro de García Jiménez y con Morante de la Puebla y Juan Ortega en el cartel.