La celulitis es la acumulación células grasas y tejido adiposo bajo la piel que forma una especie de cavidades con apariencia de hoyuelos, en esta, llamadas comúnmente "piel de naranja" por su aspecto acolchado similar al de la fruta. Las zonas más propensas a sufrirla son los muslos, glúteos, cadera y vientre, aunque se puede tener en cualquier parte del cuerpo. En España, es algo más habitual de lo que se cree, de hecho, según datos que maneja Nutritienda, la empresa online líder en productos de salud y belleza, ocho de cada diez mujeres sufre celulitis, y para el 65 % de ellas, además, supone un grave problema estético que, en muchas ocasiones, les avergüenza, especialmente en verano. La mayoría intenta buscar soluciones, aunque muchas veces no es tan fácil, ya que estas variarán según cuál sea la causa y grado del problema.
TIPOS DE CELULITIS
Edematosa: está presente en muslos y glúteos de mujeres de entre 20 y 40 años, además de la “piel de naranja”, también hay retención de líquidos y edemas que pueden provocar estrías. Suele producir bastante dolor al tocar la zona afectada y tener un aspecto amoratado por una falta de circulación sanguínea. Las personas con sobrepeso y con menopausia son más propensas a tenerla.
Blanda: aunque se suele dar en mujeres de todas las edades, lo más común es que la padezcan entre los 40 y 50 años. Se caracteriza por su flacidez extrema. Está presente en muslos y glúteos, pero puede aparecer también en los brazos, la tripa, o incluso en la espalda. Haber perdido peso de forma drástica y no hacer nada de ejercicio son las principales causas de su aparición.
Dura: presente normalmente en la cara interna de las rodillas, y en la cara externa de los muslos o "cartucheras". Además, suele estar acompañada de estrías. Tiene una apariencia rugosa y con hoyuelos y al tocarla puede producir dolor. Afecta principalmente a mujeres jóvenes. La genética, los cambios hormonales y una mala alimentación son sus principales causas.
La gran mayoría de las personas asocia la celulitis con el sobrepeso, pero esto no es así. Se puede estar muy delgada y aún así padecerla, ya que, algunas de las principales causas de la celulitis se deben a factores que son difíciles de evitar y que hacen que, lo único que se pueda hacer sea atenuarla siendo constante, pero no eliminarla del todo. Estos son algunos a tener en cuenta:
Genética: la genética es uno de los factores principales de padecer celulitis. Existe un componente hereditario que hace que las mujeres cuyas madres o abuelas hayan tenido celulitis tengan mayor tendencia a también tenerla. Esto viene unido, además, a una mayor predisposición a la acumulación de grasas, un mal riego sanguíneo y una mayor retención de líquidos. Existe un test que analiza el ADN para saber si la celulitis está causada por los genes y en tal caso saber cuáles están implicados y así poder determinar cuál es el tratamiento más efectivo.
Sexo: otro factor fundamental es el sexo, los hombres también tienen celulitis, pero nada que ver con las mujeres, el 10 % de los hombres pueden sufrirla frente al 90 % de las mujeres. Las zonas que más les afectan a ellos son el abdomen y los glúteos, pero siempre en menor grado que a las mujeres.
Estilo de vida: un mal estilo de vida hace que las mujeres sean más propensas a padecer celulitis, aunque la buena noticia es que, esta causa es de las más fácil de solucionar. Llevar una mala alimentación, con subidas y bajadas de peso, la falta de actividad física, no dormir adecuadamente, llevar tacones muy altos, fumar y tomar baños demasiado calientes, son prácticas que dificultan la circulación del retorno venoso y fomentan la aparición de la celulitis.
CONSEJOS PARA ATENUAR LA CELULITIS
Sea cuál sea el motivo que nos ha llevado a tener celulitis, se puede intentar atenuar sus efectos con una serie de rutinas. Los expertos de Nutritienda nos recomiendan cómo:
Llevar una alimentación equilibrada: Una alimentación saludable y equilibrada es fundamental para mantener nuestro peso en rangos saludables y reducir la celulitis en aquellos casos en los que nuestros hábitos no sean los adecuados. Ingerir alimentos hipercalóricos, aumentan el tejido adiposo y hacen que el aspecto de la celulitis empeore. El abuso de la sal, que suelen contener los alimentos ultraprocesados, puede provocar una retención de líquidos que, como se ha mencionado, es una de las principales causas de su aparición. También el alcohol o la cafeína son perjudiciales. Es muy importante que en la base de nuestra alimentación se incluyan verduras como las alcachofas y los espárragos, por su bajo contenido calórico y por ser fuente de vitaminas y minerales, como el potasio. Otro de los alimentos clave en una alimentación saludable es la fruta. Entre ellas, destacan las naranjas y fresas ya que son fuente de vitamina C, una vitamina antioxidante. También es importante mantenerse hidratado, por ese motivo tomar frutas y verduras y beber agua nos ayudarán a evitar la retención de líquidos y eliminar toxinas, de esta forma, también nuestra piel estará hidratada evitando que se seque y tenga poca elasticidad. Además de agua también podemos tomar: infusiones de té verde, batido de frutas, etc...
Hacer deporte: El sedentarismo es uno de los mayores motivos para que los problemas de celulitis se agraven. Y aunque hacer ejercicio no hará que la celulitis desaparezca por completo, sí puede reducir y prevenir su aparición. Mediante el ejercicio se drenan las células adiposas, se activa la circulación sanguínea y el metabolismo de las células grasas, se fortalece el sistema inmune y los huesos y se mejorar la capacidad respiratoria. Casi cualquier tipo de ejercicio es bueno para mejorar la celulitis, lo más importante es combinar ejercicios de tonificación con cardio.
El sedentarismo es uno de los mayores motivos para que los problemas de celulitis se agraven. Y aunque hacer ejercicio no hará que la celulitis desaparezca por completo, si puede reducir y prevenir su aparición. Son muchos los beneficios de practicar ejercicio, se mejora la circulación sanguínea, aumenta el metabolismo, se fortalece el sistema inmune y los huesos y se mejora la capacidad respiratoria. Casi cualquier tipo de ejercicio es bueno para combatir la celulitis, lo más importante es combinar ejercicios de fuerza con cardio. Dos buenos ejemplos serían: Aerogym y Aquagym.
Reducir el estrés: el estrés es otra de las causas más frecuentes de la aparición de celulitis, o de su agravamiento, ya que quienes lo padecen incrementan sus niveles de cortisol, lo que provoca que el almacenamiento de la grasa aumente. El estrés se puede reducir haciendo yoga, una técnica que ayuda a relajar y fortalecer los músculos y a aumentar la flexibilidad, mejorando notablemente la celulitis.
Evitar ropa ajustada: La ropa ajustada empeora la circulación y por tanto la celulitis. Además de entorpecer la circulación, favorece la retención de líquidos, y evita la correcta eliminación de las toxinas. Hay que intentar llevar ropa holgada, a ser posible de algodón, y que no produzca demasiado calor, evitando las fibras sintéticas y la licra.
Masajear con cremas y aceites: Las cremas y aceites anticelulíticos ayudan a mejorar la celulitis. Contienen ingredientes que activan los ácidos grasos y los eliminan mejorando el aspecto de la piel. Ayudan a reducir el número de depósitos de grasa, activan la circulación y la lipolisis. En definitiva, reafirman y alisan la zona a tratar produciendo una acción drenante y combatiendo la retención de líquidos. Deberemos aplicar la crema o el aceite dando un leve masaje, es muy importante que no frotemos o apretemos la zona masajeada, los movimientos deben ser suaves de tal forma que activemos la función depurativa estimulando puntos linfáticos, estimulemos la circulación y hagamos que se absorba mejor, favoreciendo los beneficios de estos. En el mercado existen también masajeadores que nos facilitarán la labor. Entre los ingredientes más efectivos de cremas y aceites se encuentran la cafeína, la centella asiática, el abedul el retinol, la vitamina E o el ginkgo biloba.
Clinicas estéticas: Hoy en día existen clínicas especializadas que utilizan tratamientos con ultrasonidos, que destruyen el tejido graso que se acumula bajo la piel, radiofrecuencia, que aplica calor en las capas más profundas de la epidermis, corrigiendo la flacidez, ondas de choque, que rompen el tejido adiposo alisando la piel o la presoterapia que facilita el drenaje linfático y reducen la acumulación de grasa.