Llega el verano y para aliviarnos del calor nada mejor que darnos un baño en la piscina, bien sea en la de casa, en la de la comunidad, o en el destino elegido para ir de vacaciones. No obstante, no debemos olvidarnos de la concentración de cloro.
"Siempre hemos oído que el cloro es malo y es en parte con razón. Sin embargo, sí que está claro que este es necesario para alejar del agua a gérmenes y a bacterias, pero también es cierto que cuenta con un aspecto negativo para la salud", reconoce en una entrevista con Infosalus la doctora Airam Jenny Dávalos, miembro del Grupo de Trabajo de Dermatología de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.
Según indica Infosalus (Europapress), las piscinas en España suelen contener entre 0,4 y 2 miligramos de cloro por litro, y que este se aplica para que los elementos orgánicos como el sudor, la orina, y las bacterias acaben evaporándose y el agua se mantenga 'limpia'. "Por consiguiente, si no se utilizara cloro este sería un medio para cultivar bacterias y posiblemente se podría asociar a infecciones cutáneas", añade la docotora.
Eso sí, esta médico de familia sostiene que, si la piscina contiene un nivel adecuado de cloro, tenemos asegurado que el agua mantendrá propiedades desinfectantes a lo largo del tiempo: "No olvidemos que por las piscinas suelen pasar muchas personas y, además, están en contacto con agentes externos, por lo que puede contaminarse de una forma u otra".
CUÁNDO APARECE EL PROBLEMA
Sin embargo, si advierte de que el problema aparece cuando hay un exceso de cloro en las piscinas, ya que puede generar irritaciones de mucosas, de ojos, cutáneas y problemas respiratorios tales como tos, broncoespasmo en pacientes con asma en ambientes cerrados como pueden ser las piscinas climatizadas y los spas.
"Por otra parte, los niños cuando acuden a la piscina beben agua y suelen estar muchas horas en esa piscina por lo que están más tiempo en contacto con altas concentraciones de cloro y su metabolito tóxico la cloramina", alerta la miembro del Grupo de Trabajo de Dermatología de la SEMG.
SABER QUE EL CLORO NOS AFECTA
Con todo ello, la doctora Dávalos incide en que existe un interés creciente en los efectos potencialmente nocivos de la exposición repetida de las vías respiratorias a los productos clorados y el problema de los posibles peligros para la salud relacionados con la natación está ganando importancia a nivel internacional.
De hecho, esta experta resalta que se conoce que la exposición aguda al cloro gaseoso/cloramina provoca daño pulmonar, de forma que se puede tener una mayor inflamación de las vías respiratorias, e hiperreactividad bronquial, afectando a los niños asmáticos; al tiempo que altera el microbioma cutáneo, provocando un mayor descontrol de los eccemas asociados a la dermatitis atópica entre otros. "Hiperemia conjuntival y sospecha de afectación dental", son otros de sus efectos, según señala Infosalus.
EVITAR ESTOS PROBLEMAS
Así con todo, la doctora Airam Jenny Dávalos resalta que cualquier etapa de la vida puede presentar los efectos nocivos inducidos por los metabolitos del cloro. Por otro lado, afirma que los niños pasan más tiempo en la piscina y los más pequeños no nadan bien, sino que chapotean, lo que les hace inhalar y tragar más agua contaminada y, por tanto, se ven más afectados.
"Esta sustancia puede dañar el epitelio pulmonar y provocar síntomas de asma o, en personas propensas, desencadenar crisis asmáticas y afectar a la piel, especialmente de forma significativa en las personas con dermatitis atópica", añade.
Con ello, y desde el grupo de dermatología de la SEMG realizan las siguientes recomendaciones: Limitar el tiempo que se bañan los niños en la piscina, evitar tragar agua, controlar los escapes de orina, acudir a piscinas que cumplan las medidas de higiene, llevar la medicación adecuada para el asma, ducharse al salir de la piscina para limitar los efectos del cloro y utilizar gorro de baño.
Por otra parte, dice que siempre se presta atención a los riesgos del cloro en la piel y en las mucosas, pero pocas veces se piensa en cómo influye el agua de la piscina en los dientes, el llamado "Sarro del nadador" que hace que los dientes desarrollen un color amarillento, y esto se debe al pH del agua que hace que el sarro se acumule de una forma más facil. "Así que también debe procurar mantener una buena higiene vucal" Concluye la doctora Dávalos.