Calor, granizo, lluvia, viento, más calor… tiempo loco veraniego que nos deja seca la garganta con la gasolina estabilizada y Cospedal soltando por su boca lo más grande.
El País nos ofrecía este día de San Fermín una nueva entrega de las cintas de Villarejo con la expresidenta de Castilla-La Mancha como protagonista, ávida por tener lo que fuera entre sus manos acerca de los que fueron sus contendientes políticos, como era en este caso Pablo Iglesias.
Tanto se creía María Dolores lo que el excomisario le prometía que a ojos cerrados aseguraba aquello de “Es una bomba. Yo eso sí lo quiero”. Armamento mediático.
Aunque también podríamos pensar que se trata de armamento político por encima del bien y del mal. Algo ante lo que, como mandan los cánones, se guarda silencio en el PP de Paco Núñez.
Precisamente en su partido ven cómo pasan los días, las semanas y los meses y no se aclara quiénes serán los candidatos en las grandes ciudades de Castilla-La Mancha. Ya se atisbaba que sería para septiembre pero lo que no se sabe es cómo se hará. Si por dedocracia, por eliminación o por decisión democrática de las bases.
Me da que la inseguridad en el acierto le va a costar a Núñez más dobles faltas en el saque que a un tenista bisoño jugando contra Nadal.
En fin, tengan cuidado con los rebrotes del Covid, que los contagios siguen estando a la puerta de casa y nunca se sabe. Que hasta Boris Johson pretendía eternizarse en el poder y tiene ya los dos pies fuera del gobierno inglés.
Hay que ver la soberbia el daño que hace a los políticos que están tres metros sobre el suelo…