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REPORTAJES DE FÚTBOL

Fueron blanquiazules; son leyenda (IV)

Anero con la camiseta rayista
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Anero con la camiseta rayista

ANERO: Brilló en el Rayo Vallecano del primer ascenso a Primera durante 10 temporadas y dejó el fútbol tras dos años en Talavera

domingo 19 de junio de 2022, 09:00h

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Cuando la memoria nos falla en momentos delicados, siempre es bueno el recurrente de echar una vista al pasado con el objetivo de esperar un futuro mejor. El descenso a Segunda RFEF del actual CF Talavera, que a no tardar mucho, ha de ser ya Sociedad Anónima Deportiva, se nos antoja apropiado para dar cabida al presente reportaje, que repartiremos en capítulos.

Como premisa —para el autor y este medio— incentivar los ánimos de una alicaída afición, que ha tenido un ejemplar comportamiento de apoyo en esta temporada finalizada, pese a que en algunos momentos no ha recibido el trato que se merecía por parte de quien ha ejercido la máxima responsabilidad de la estructura cerámica. Es de esperar que el tránsito por ella sea breve. Al menos ya hay noticias positivas como la presidencia en manos de Josué Blázquez Coleto y la dirección deportiva bajo la responsabilidad de Alfredo Bayarri y el nuevo entrenador Rubén Gala. Asimismo, se ha abierto plazo para que los socios elijan la nueva indumentaria.

Hablamos —escribimos, mejor— de una pléyade de jugadores y entrenadores que a lo largo de los tiempos desplegaron en Talavera de la Reina sus andanzas futbolísticas y dejaron en todos nosotros una grata sensación difícil de olvidar. Iniciábamos el serial con el chicharrero Cantudo, tenía continuidad, nada más y nada menos, que con el Gato de Odessa, Mariano García Remón, en el anterior capitulo para Guzmán y hoy para un mítico rayista —Antonio Anero— que colgó las botas entre nosotros.

Antonio Anero Guijarro nacía el 9 de septiembre de 1953 en Madrid. A los 12 entró en el conjunto rayista en la cantera, y no salió del club hasta que cumplió los 29. Siempre fiel con su Rayo. Y sería a raíz de aquí cuando daba con sus huesos en Talavera de la Reina.

Con 12 añitos mientras iba entrando en los planes de los técnicos de la cantera, no dudaba a esa edad adolescente de colocarse en una “tribunilla” del estadio de la calle del Arroyo del Olivar y animar a tope al equipo. Con el paso de los años llegaría al primer equipo de Vallecas. En las instantáneas de los reporteros gráficos deportivos de esa época, en las alineaciones del primer equipo del Matagigantes, Antonio era un asiduo, siempre salía en la foto, porque era siempre titular. En los cromos, en la prensa en blanco y negro de As y MARCA, ahí estaba Anero.

De él dicen que en los momentos más duros y los más gratificantes. El destierro que tuvo que soportar el Rayo Vallecano durante tres años fuera de Vallecas jugando en el madrileñísimo Estadio de Vallehermoso en el barrio de Chamberí, también lo vivió en persona Antonio Anero. Luego con el traslado definitivo al Estadio de Vallecas todo cambió, había más ilusión entre las gentes del Rayo y pronto vino el ascenso más importante de este equipo. Hombre culto, de carrera. Educado, disciplinado, con Anero era imposible tener problemas, siempre una buena cara.

AL TALAVERA

Pero los años no perdonan a nadie y como humano, a este le llegaría su época de pasar a un segundo planto en el club de su vida. La temporada 81-82 fue la última en el Rayo con el equipo en Segunda división, donde tan solo jugó 14 partidos. Había que emigrar y su destino le trajo hasta Talavera de la Reina en la 82-83. Aurelio Lozano, entonces presidente de la entidad blanquiazul, colocó a Carlos Martínez García como entrenador de una plantilla en la que estaban Ortiz, Benito, Iglesias, Juan, Quini, Quique Yagüe, Bernabéu, Ayúcar, Pérez González, Martínez, Aguiar, Javi, Trigueros, Conde, Del Rivero, Manolín, Moisés, Cecilio, España, Marco Antonio, Julio Trigueros y Juanjo Bermúdez. Ciertamente era todo un equipazo.

La plantilla respondió con algunos partidos memorables. Acabó sexto dentro del grupo II de Segunda B y Granada y Algeciras consiguieron el ascenso en esa temporada. Fuengirola, San Fernando y Torrejón, los equipos que descendieron. Los números del Talavera CF le hicieron sumar 41 puntos tras ganar 15 partidos, empatar 11 y perder 12. Marcó 49 goles —uno con autoría de nuestro protagonista— y encajó 38. De las 40 cartulinas amarillas y 2 rojas que recibió en los 38 partidos, Anero recibiría 6.

Sobre el remodelado municipal El Prado y pese a tener ya 29 años, Anero demostró que era un defensor que apenas utilizaba las malas artes y la violencia en su juego, al contrario, era un jugador muy fino, luchador, pero muy noble. Su rendimiento le valdría la renovación para la campaña 83-84, en la que se esperaba mejorar lo logrado en la anterior.

No hubo muchos cambios con respecto a la anterior. Se mantenía a Carlos Martínez y llegaban algunos refuerzos como Maestre, Emiliano, Caballero, Muñoz, y el joven de El Hornillo, José Luis López para competir de nuevo en el grupo II de la Segunda B, No rodaron nada bien las cosas y el equipo no pasó de un discreto puesto 14 tras sumar 35 puntos con 11 victorias, 13 empates y 14 derrotas. Totalizaría 38 goles a favor y 44 en contra, recibiendo 55 amarillas —5 para Antonio Anero— y 5 rojas. Nuestro protagonista disputó 36 partidos de los 38, todos como titular y 34 al completo. Finalizada la campaña Antonio Anero dejó la práctica del fútbol activo, por lo que Rayo y Talavera han sido sus dos únicos equipos. En el primero de ellos disputó 293 encuentros en 10 temporadas y en el blanquiazul, 75 en tan solo 2. Como logros, ser uno de los protagonistas del primer ascenso —temporada 76-77— del conjunto rayista a Primera división, precisamente con nuestro Javier García-Verdugo como entrenador. Un dato que no hace mucho tiempo recordaba así: “veníamos de Vallehermoso, era el primer año en Vallecas y parece que hubo una conjunción de todos. Precisamente el primer año que cambiamos de escenario parece que en el Rayo surgió algo especial. Éramos un equipo de segunda que nunca había partido como aspirante a ascender. Veníamos de sobrevivir en segunda estando en Vallehermoso 3 años consecutivos. Nadie podía esperar esa eclosión. Fue algo de lo que nos fuimos dando cuenta poco a poco. Pero no nos presionábamos por el ascenso porque era una sorpresa para nosotros”.

TRAS LA ACTIVIDAD

Nuestro protagonista, que es Ingeniero T. de Aeropuertos y Graduado en Ingeniería Aeroespacial, compaginó su profesión con la dedicación a la enseñanza del fútbol, un deporte que le apasiona. Se comprometió desde su creación, hace 30 años, con la escuela de fútbol de la AFE, trabaja en la actualidad en la dirección deportiva del Club de Fútbol Palestra Atenea. Concibe el fútbol como lo que realmente es: un juego, donde el objetivo principal es jugar por encima de ganar. Era el año 2016 y nos dejaba esta sentencia: “El juego pertenece a los chicos y chicas. Sepamos los adultos cual es nuestra función y dejemos que sea un juego divertido y motivador para ellos”.

Los que tuvimos la fortuna de verle jugar con ambas camisetas, y especialmente los dos años que estuvo en Talavera, aún le seguimos recordando con devoción, afecto y cariño. ¡Larga te sea la vida, Antonio!

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