Hoy domingo 5 de junio podía haber transcurrido sin estridencias ni boatos exagerados en esta Talavera nuestra y de ustedes; lo que se dice, tranquilo a la espera del fin del curso escolar y las vacaciones. Pero no fue así al menos para un grupo de amigos que tienen como lema “la historia, las raíces, la memoria y la leyenda” y como excusa, el fútbol y su “tercer tiempo”. Y así lo decidieron hace unos días; así lo han desarrollado hoy y así se lo quiere explicar este “contador de cosas”, que paradojas del destino fue precursor de este tipo de “hermanamientos” hace cuarenta y tantos años; casi que nada.
Había que madrugar —evitando el riesgo de las posibles elevadas temperaturas— para acudir a disputar un partido de fútbol de “viejas glorias” al municipal El Prado, Inmejorable escenario tras haber tragado polvo y tierra en el barrio de Santa María o Talavera la Nueva en el pasado. Más de medio centenar de los nuestros querían tributar un cariñoso y merecidísimo homenaje de jubilación al “patrón” desde hace una treintena de años: “don” José María Indias Cortés. ¿Quién? Sí, José “Kaly” para todos ellos.
Y para el resto de ciudadanos de Talavera, el propietario del Bar Kaly de la calle Antonio Soria —la subsede de Maestría—; el “comodoro” de más de una treintena de ediciones del bocata gigante y el alma máter de una peña futbolística, que heredó el sentimiento de la fraternidad y la amistad que en su día fundara la “Peña Sábado a las dos” de aquel Bar Somosierra de la Portiña de San Miguel.
Tiempos de los hermanos Bielsa —Manolo y Andrés—, Charly Vadillo —padre del expresidente del CF Talavera, Dorado—, Vicente Narros, los hermanos Nino y Tomás, Felix Calimero, Pablito Blázquez Nanclares, los ya fallecidos Aurelio, Chules Posturas o Pablo Blázquez y quien suscribe, que iniciaron su periplo matinal—dominguero en el angosto Barrio de Santa María.
Pero los años —inexorables para todos los humanos, futbolistas o no— fueron “devorando” las facultades físicas de todos ellos y José “Kaly” dio un paso al frente para recoger los vestigios de quella generación. Llegaron los Alfonso, Juanjo Cortijo, Curro, Víctor, Chema y demás para continuar empapándose de compañerismo y amistad a traves del deporte rey allí donde había un campo libre aunque hubiera que desplazarse a Velada, Talaverilla, El Casar... Y fue creciendo año tras año con los Iglesias, Florencio, Hermanos Pino y demás integrantes a los que en el “tercer tiempo” —ya saben el momento de hidratarse y reponer fuerzas a base de cañas y calimochos— se les paraba el reloj.
El homenaje al ya jubilado José Kaly les ha servido, hace unas pocas horas, para el reencuentro de muchos de ellos, que por las razones explicadas anteriomente o por deberes profesionales, les había separado tiempo atrás. Nosotros nos hemos querido sumar —recogiendo el guante que me lanzaba unos días atrás Alfonso, el estanquero de mi barrio— a este entrañable momento para después contárselo a ustedes con estas líneas y estas imágenes.
Uno a uno fueron llegando los más del medio centenar de quienes en su tiempo formaron las plantillas de nuestros equipos talaveranos en el Campeonato Local o en otros equipos. Los Vázquez Portillo, Arrigote, Lala, Luisito, Juanfran, los hermanos García Prieto —Isi y Miguel—, Tito Tejera, Carlos del Rivero, Manolo “Pajilla”, José Seco, y un sinfín de ellos más, se pusieron de corto —los más atrevidos— para, primero, hacer el pasillo a ún emocionado José tras las protocolarias y emotivas palabras de Chema Corrochano; después para aplaudir el detalle del consistorio talaverano representado por su edil de deportes Sergio Gutiérrez Hernando y un poco más tarde para inmortalizar el momento a través de nuestra cámara. Esperaba el gran José Manuel Fernández Dorado —otrora enorme colegiado y mejor portero— silbato en boca para que quien más o quien menos hiciera lo que sus kilos —sobradetes en más de uno— les permitiera. Pero antes, minuto de silencio para “otro de los nuestros”, Hipólito Javier Garrido “CAMBERO”, el exblanquiazul fallecido este mismo viernes. Lo de menos era el resultado, aunque el prurito de la victoria estuviese presente en todos.
Lo esencial es que hemos disfrutado del cariño y la amistad para con el protagonista, pero también de los abrazos y algunas lágrimas de quienes —ya con canas unos y pocos pelos otros— han tenido el dar patadas a un balón los domingos por la mañana, como el valor esencial de fomentar el cariño, la amistad, la sinceridad y el compromiso entre ellos. ¿Se les puede pedir algo más? Por mi parte sí: una plácida y larga vida. Pues guardaros este momento en vuestro corazón como legado histórico para vuestros hijos y nietos.
A José María Indias Cortés
(El Líder de la Peña Kaly)
Bello es ser querido; reconfortante.
Todo lo que hoy he apreciado en el camino
por querer acompañarte. Tu sino
no ha de frenar tu paso, caminante,
por hacer, sí, feliz a tante gente
que jugó junto a vos este partido.
Has oído, José, que te han pedido
que debes seguir dando un paso al frente
por liderar al grupo tan unido.
Yo igual que ellos también te lo reclamo,
lo ruego con fervor, te lo suplico.
Y has de hacerlo, y por eso yo proclamo
con la fuerza de mi VOZ te dedico
el soneto que hoy mi musa ha esculpido.
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