El pepinero Tomás Rufo volvía ayer a la plaza de Las Ventas, en su segunda corrida de la Feria de San Isidro. Una tarde en la que el joven torero se libró de milagro de una cornada, después de sufrir una espectacular voltereta.
Malvarrosa, el segundo toro de la jornada y el primero para Tomás, no hizo pasar un buen momento a Rufo. El joven diestro realizó un quite con el capote a la espalda, al intentar el remate a una mano, el torero de Pepino fue levantado por el astado que hizo por él en el suelo durante varios segundos. En una espeluznante pelea, Rufo se agarró a los cuernos del toro para evitar la cornada, que finalmente no llegó cuando llegaron al quite los toreros. Y todo quedó con el corbatín arrancado del diestro.
El segundo toro que le tocó a Rufo fue un simualcro. Se cayó el toro antes y lo hizo después en la muleta. Un imposible.
Rufo volvió a escena en el sexto después de pasar por la enfermería. Salió con una mano vendada, pero todas las esperanzas estaban depositadas en él en una tarde de fiasco. Rufo se fue al toro convencido, redujo la velocidad, dulcificó las arrancadas y lo toreó muy despacio. Por el izquierda acortó el viaje y bajó revoluciones. Apostó Rufo por encima del toro. Y de la tarde. De la tragedia al ole. Y al trofeo y al éxito. Rufo vuela alto.
El diestro salió victorioso y con una oreja, después de dejar al público en completo silencio tras un percance que le podía haber salido muy caro.