La inflación y el contexto geopolítico no detienen el avance del empleo. Mayo ha terminado con un incremento de 33.366 personas más trabajando, gracias a lo cual la afiliación media mensual en términos desestacionalizados supera por primera vez la barrera de los 20 millones (20.025.089), según los datos ofrecidos hoy por la Seguridad Social. Supone un aumento de 955.607 (un 5 % en tasa interanual) con respecto al mismo mes del año anterior.
La primavera pasada fue el momento en el que se consolidó la tendencia de creación de empleo en la que sigue inmerso el mercado laboral español desde entonces. De hecho, ese crecimiento interanual de la afiliación por encima del 5 % no tiene precedentes recientes.
En misma línea con el aumento de la afiliación, en mayo el paro descendió en 99.512 personas con respecto al mes anterior (una reducción de un 3,3 %), según los datos del Ministerio de Trabajo. Al cierre del mes, había 2.922.911 personas inscritas, lo que supone un descenso de un descenso de un 22,7 % con respecto a mayo de 2021. Por primera vez desde noviembre de 2008, la cifra de desempleados baja de los 3 millones de personas.
Mayo ha sido un mes marcado por la inflación (el IPC subió un 8,7 %), especialmente en la energía y los alimentos. Por otro lado, la demanda turística está en alza y se esperan datos cercanos (o incluso superiores) a las cifras de 2019 este verano, tras dos años de pandemia. A esta situación interna, se debe sumar el contexto político internacional: la guerra en Ucrania ha desestabilizado aún más las cadenas globales de valor y la incertidumbre no ha dejado de aumentar en los mercados internacionales.
Todos estos ingredientes afectan al mercado de trabajo. La evolución del empleo sigue respondiendo bien a la delicada situación económica, no obstante, ya hay voces que claman por mayores subidas salariales para paliar el precio de la cesta de la compra. Por lo que en los próximos meses podríamos observar una tendencia doble: crecimiento del empleo durante el verano —la temporada turística apenas acaba de comenzar— y aumento de los salarios, tanto de los nuevos puestos como de los trabajos consolidados.
LA HOSTELERÍA NO ENCUENTRA CAMAREROS
Y uno de esos puestos en los que se ha detectado un desequilibrio entre salarios —en realidad, las condiciones laborales en su conjunto— y el volumen de oferta de las empresas es el sector de la hostelería, en general; y para el puesto de camarero en particular. Es difícil encontrar el gran volumen de personal que se está demandando.
En InfoJobs se aprecia un aumento considerable de las ofertas para algunos puestos significativos del sector de Turismo y restauración: camarero/a, cocinero/a, camarero/a de pisos, ayudante de cocina, barman, chef y jefe/a de sala. Entre todos ellos sumaron en mayo 25.546 vacantes. Esta cifra cuadruplica a la del mismo mes del año pasado (6.445) y es un 64% mayor que los datos de mayo de 2019, cuando hubo 15.540 ofertas. En el acumulado de los cinco primeros meses del año, estos puestos suman un 45 % más de vacantes que en el mismo periodo de 2019, último ejercicio libre de la incidencia de la crisis sanitaria de la covid.
Dentro de las ofertas publicadas en InfoJobs, en abril hubo 5.300 vacantes que precisaban de camareros/as. El déficit de profesionales es un problema para las empresas de cara a la campaña veraniega. ¿Qué está ocurriendo?
Son varias las razones, pero se puede resumir en que hace falta personal cualificado que se especialice en estas actividades. Desde el sector se incide en que los puestos que requieren de más cualificación y experiencia no se cubren y que la formación no es acorde a las necesidades de las empresas, lo cual precariza más el empleo.
Actualmente, el 49% de los trabajadores en restauración cuentan con una formación hasta la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y el 70% no cuentan con una cualificación específica sectorial. Es necesaria una apuesta específica, en la que la FP dual tiene mucho que decir a la vista de la comparativa: la tasa de matriculados en Formación Profesional en España es la mitad de la UE (un 12 % en España frente al 25 % de la media comunitaria).
Ese camino conduce a una mayor profesionalización, pero también a menor rotación, mejor servicio a la clientela y mejores condiciones laborales en un sector que no se caracteriza por ello. Este último atajo, el de mejorar las condiciones laborales, tiene dos ventajas: puede ser el imán que invite a formarse en el medio plazo; y, en el corto, lograr que ningún puesto quede sin cubrirse en el inminente verano.