Los 800 trabajadores de las dos factorías que la multinacional láctea estadounidense Schreiber Foods tiene en la provincia de Toledo, en Noblejas y Talavera de la Reina, "siguen sin salir de su asombro".
La empresa les ha aplicado un sustancial recorte en la nómina del mes de abril. La merma oscila entre el 15% y el 20%, en función del tiempo que cada cual lleva en la empresa, porque la dirección de Schreiber Foods les ha “recalculado” a todos el salario base, del que depende también el plus de antigüedad.
“Han aplicado de forma unilateral, por las bravas, una modificación sustancial de las condiciones económicas. Recién firmado el convenio colectivo, la empresa ha roto el acuerdo y ha hecho trizas la paz social. Esto no puede quedar así, es un atropello; la gente está más que indignada; está furiosa y con razón”, denuncia Cristina Ramírez, presidenta del comité de empresa de Schreiber Foods-Noblejas.
En la planta de Noblejas se celebraron ayer dos asambleas de trabajadores para atender a toda la plantilla, a los que salían del turno de mañana y a los que entraban al de tarde; a los que salían del de tarde y a los que entraban al de noche, medio millar de personas en total. Hoy se reunirán en asambleas las 300 que trabajan en Talavera, para canalizar la indignación de ambas plantillas y decidir los pasos a dar.
Los sindicatos que integran los comités de empresa, CCOO (mayoritario en ambas factorías), UGT y USO tienen claro que el conflicto es inevitable. “Vamos a solicitar ya mismo mediación previa a la interposición de conflicto colectivo. Esta por decidir si huelga o demanda judicial, lo veremos en el propio acto de mediación. Porque la barrabasada que ha hecho la empresa la tiene que rectificar sí o sí; y esa rectificación no tiene por qué costar ni un solo euro a ningún trabajador”.
La actuación “impresentable e inaceptable” de Schreiber Foods “solo tiene una explicación: la negativa de la empresa cumplir el convenio colectivo que ambas partes firmamos hace apenas un mes, el pasado 14 de abril".
El convenio, de aplicación desde el 1 de enero del año pasado hasta el final de 2024, incluye cláusula de revisión salarial, sin tope, para los cuatro años de vigencia. “Pero nada más firmarlo, la dirección comenzó a presionarnos a los representantes de los trabajadores y a coaccionar a la plantilla para que renunciásemos a esta cláusula o aceptáramos toparla al 3%”, indica Ramírez.
“Como nos negamos, en represalia, se han inventado que estaban haciendo mal las nóminas y sin contar con nadie han recortado lo que les ha dado la gana”, denuncia la presidenta del comité de empresa de Schreiber Foods-Noblejas.
“Lo que ha hecho Schreiber Foods es una vergüenza”, señala por su parte Jesús Félix Roldán, secretario de Organización de CCOO-Industria de Toledo. “La empresa pretende invalidar la cláusula de revisión salarial que la parte social consiguió incluir en el convenio colectivo. Como la plantilla, lógicamente, se niega a renunciar a esta cláusula, Schreiber Foods trata de neutralizar sus efectos económicos recortando el salario base.”
“No es aceptable. Lo acordado en la negociación colectiva se cumple. Una vez pactado, firmado y publicado el convenio colectivo, Schreiber Foods no puede anular las bazas que logró anotarse la parte social; ni inventarse excusas para invalidarlas y para quedarse, como está haciendo, con una parte de las nóminas de los trabajadores”, concluye Roldán.