¿De verdad merece la pena?

¿Tenemos que pensar que todo vale?, estamos siendo tolerantes en una sociedad cada vez más violenta y no podemos obviar que somos, en parte, responsables. Lo más preocupante de esa violencia y, más alarmante aun, de esa tolerancia, es la normalidad con la que las afrontamos. Tiene mucha repercusión en el futuro de nuestra sociedad, mucho más que otras noticias del deporte, podemos decir que afecta a otras situaciones, la violencia siempre genera más violencia.

En el ámbito puramente deportivo, no puede ser que alguien, porque entienda que se ha cometido un error, y aunque éste sea evidente, justifique la violencia contra un árbitro, un jugador o un espectador, es decir, una PERSONA. Y, si a esto le añadimos que en ocasiones esta situación se produce en deporte en edad de formación, en edad escolar, con la presencia de menores, de nuestros menores, debemos hacer lo posible porque esto no continúe así.

He podido asistir a encuentros esta temporada en los que, en el terreno de juego, a pesar de una gran rivalidad, he podido ver una gran deportividad, jugadores que, a pesar del resultado adverso han sabido felicitar al contrario y entender que esa rivalidad finaliza en el terreno de juego con la finalización del partido. Sin embargo, a la vez, en la grada, los padres encarándose entre ellos, con insultos que generaban situaciones que a sus hijos les ha hecho sentir vergüenza.

En el deporte, como en la vida misma, debemos asumir las responsabilidades de nuestros errores y no buscar siempre un responsable ajeno a nuestra gestión. Los árbitros nos equivocamos, por supuesto, y tenemos derecho a ello, pues somos personas. Antes de dar comienzo un encuentro, partimos con todo y con todos en contra, es muy fácil fallar así. Pero es que también se equivocan directivos, entrenadores y jugadores de cualquier club. Y, señores, todo eso forma parte del deporte, que tanto nos gusta y tan buenos ratos nos brinda.

Busquemos entre todos, de verdad, lo mejor para nuestros hijos, logremos que disfruten y que entiendan la nobleza del deporte y la trasladen a su vida diaria.

¿Sabéis por qué un árbitro es necesario en el fútbol? Porque entre otras cosas alguien debe encargarse de que se cumplan, de la mejor manera posible, las reglas de este deporte. Pero, además, siempre es bueno tener a alguien al que responsabilizar de nuestros propios errores.

Desde el Comité de Árbitros os animamos a reflexionar sobre todo aquello que desgraciadamente nos rodea y nos afecta. Hoy es un tercero el agredido, pero mañana puede ser un conocido, un amigo o nuestros propios hijos.

¿De verdad merece la pena?

Pensemos que es deporte, pensemos en disfrutar y sobre todo, pensemos que la persona a la que se insulta o agrede, tiene una familia que en ese momento está sufriendo, pongámonos en su lugar.