A todo el mundo le ha sucedido alguna vez. Podemos estar tranquilamente sentados o tumbados y de repente sentimos que se nos “sube la bola”. Una sensación muy molesta que además es complicada de calmar. ¿Por qué sucede esto?¿Podemos prevenirlo?
Javier Benavent Picó, responsable del Servicio de Fisioterapia de IMED Valencia/IMEDUCV Alto Rendimiento Deportivo, ha explicado que “la bola” forma parte del conjunto de músculos que están situados en la parte posterior de la pierna y por ello cuando se sube el gemelo aparece un dolor intenso en el músculo.
Una sensación de dolor que está causada por una contracción involuntaria y fuerte que obliga a colocar el pie en posición de puntilla durante unos segundos e incluso durante algunos minutos.
CAUSAS POR LAS QUE SE SUBE “LA BOLA”
Este experto apunta que hay varias teorías sobre este tema. Puede deberse a un desequilibrio de electrolitos, a la falta de adaptación del músculo al esfuerzo que le sometemos, problemas en el aporte de sangre al músculo o en la función del nervio que lo inerva.
“Simplemente el uso excesivo de un músculo, la deshidratación o mantener una misma posición durante un periodo de tiempo largo podría provocarlo”, ha añadido.
Normalmente estos episodios suelen ser frecuentes durante la noche y, a juicio de Benavent, en estas situaciones lo ideal es mantener el músculo estirado. En el caso del gemelo esto se consigue manteniendo la pierna estirada con la punta del pie hacia arriba.
Por lo tanto, en estos casos no hay que perder la calma, ni tratar de andar o forzar el músculo. “Son cosas que pueden prolongar el calambre e incluso podrían producir algún daño en el tejido muscular”, ha afirmado el experto.
CONSEJOS PARA PREVENIR ESTE PROBLEMA
Para prevenir este tipo de situaciones lo mejor es mantener una correcta hidratación y nutrición, además de permanecer muscularmente activo, realizar estiramientos y acudir al fisioterapeuta.
“Muchas veces, tras el episodio de calambre, se generan daños en las fibras musculares con problemas, por lo que, si es algo repetitivo o si tras el calambre queda dolor o dificultad para las actividades del día a día, conviene visitar a un especialista”, ha añadido el experto.