Festival de la corrupción política
miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h
Generalmente, cuando sale el tema de la corrupción de los políticos en España, casi siempre alguien aduce la muletilla de que 'los corruptos son una minoría, que la mayoría son honrados', o que 'es una minoría que desprestigia a toda la clase política'. Pero no, nada más lejos de la realidad y a las pruebas me remito, por lo que, viene muy a cuento aquella célebre frase de Henry Kissinger: 'El 90% de los políticos dan mala reputación al 10% restante'. Y es que, a través de lo que se vislumbra, lo que sale a la luz es la punta de un inmenso iceberg.
La gente, no es tonta y aunque no reacciona, sabe de recalificaciones, de simbiosis entre empresarios, banqueros y políticos, del sueldo regalado de la gran mayoría de los políticos y de los eternos favores a familiares o amigotes de políticos… Y además, hay que tener en cuenta que los casos que salen a la luz, en general, son casos de choriceo sostenido en el tiempo, a veces años, por lo que podría razonadamente pensarse que los partidos políticos no se esfuerzan demasiado en erradicar la corrupción de sus miembros, es más, en muchas ocasiones, son ellos mismos los que también trincan para financiarse ilegalmente y otros menesteres.
Y es que cuando no existe independencia efectiva del Poder Judicial, cuando existe 'pacto por la justicia' entre partidos políticos, la cleptocracia, la cloacacracia y la corruptocracia, lo inundan todo. Llegados a estos extremos, habría que pedirles encarecidamente a los políticos corruptos que trinquen, pero, por favor, sin dejar al país anémico. Que trinquen dentro de un orden, por favor. Porque un político, con tal de embolsarse un millón de euros de comisión, es capaz de hacer gastar a una Administración miles de millones de euros en un proyecto inútil, si no, ahí están aeropuertos, centros deportivos y autopistas que han costado una millonada y no se sabe para que han sido construidos. Y claro, en España hay dieciocho Gobiernos, ¡coño!
Este país, infectado de políticos corruptos y donde un día sí y otro también, saltan a la palestra nuevos casos de corrupción, es el que han construido los propios políticos, que han tenido en sus manos todo el poder: riqueza, ejército, leyes, policía, servicios de inteligencia y los miles de recursos del Estado, esta plagado de injusticia, violaciones a la Constitución, corrupción y atentados contra los derechos fundamentales. Desde 1978, con más o menos intensidad y sutileza, la clase política ha estado enviando al pueblo español un mensaje tan obsceno como nítido: “más importante que estudiar u obtener un título universitario es ser amigo del poder y obtener así privilegios y ventajas de todo tipo".
El festival de la corrupción comenzó en tiempos de UCD, pero con Felipe González, alcanzó una velocidad de crucero temible y tenebrosa, que pronto empezó a mostrar estragos, como el robo de los fondos de los huérfanos de la Guardia Civil, las tropelías del gobernador del Banco de España, las fechorías de la responsable del BOE, los FILESAS y docenas de casos más, sin contar los miles que nadie conoce porque los políticos aprendieron pronto a robar sin dejar huellas.