Toni, un hombre de 56 años que vive en Ciudad Real, el pasado 31 de octubre fue el primer español en recibir un trasplante simultáneo de corazón e hígado en el Hospital Gregorio Marañón (Madrid).
Una historia que le cambió la vida y fue todo un éxito, gracias a los dos órganos de un mismo donante su futuro se modificó completamente. Era un trasplante simultáneo o 4 meses de vida, se lo jugó todo a una carta y ganó.
El próximo 30 de marzo se celebra el Día Nacional del Trasplante y EFE hizo una entrevista a Toni, donde éste muestra su agradecimiento más profundo al donante, de cual lo único que sabe e s que era joven y que su corazón, en la veintena, hoy es un motor potente que le ha renovado y, junto al hígado, le ha permitido dejar atrás encefalopatías hepáticas recurrentes, que disminuían significativamente su calidad de vida.
Actualmente, Toni viaja desde Ciudad Real a Madrid cada 15 días para someterse a revisiones que durante este año serán quincenales, pero el siguiente serán más espaciadas, tres o seis meses, y se convertirán en anuales en poco tiempo.
Por su parte, en Madrid existe un piso que financia la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH), donde pernoctan otros pacientes que están a la espera de su trasplante.
12 HORAS DE OPERACIÓN Y 30 PROFESIONALES
En junio de 2021 fue cuando Toni tuvo que elegir entre el trasplante o cuatro meses de vida. Cuenta que no tuvo miedo, que tenía la cabeza bien amueblada y que era la única posibilidad de sobrevivir.
Así, una ambulancia le llevó desde Ciudad Real hasta Madrid, entró al quirófano el 31 de octubre y la operación duró 12 horas, donde se implicaron a 30 profesionales sanitarios.
Se despertó el 2 de noviembre. “Los médicos me dieron la bienvenida porque llevaba dos días durmiendo y ahí empezó todo, pero la rehabilitación fue muy bien y muy rápida“.
Estuvo en el hospital hasta el 8 de diciembre, la evolución en mes y medio fue espectacular, no hubo infecciones y aceptó bien el tratamiento: “Día a día notaba una mejoría importante, así que me dieron el alta y me alojé en el piso de la Federación”, explica.
En el piso contactó con otros trasplantados a quienes trasladó un mensaje de ánimo. "Ha sido un viaje fabuloso aunque en el postoperatorio hay que tener cuidados, se sobrelleva", señala.
Toni recuerda que sus problemas de hígado tienen un origen genético —su padre murió de cirrosis porque "entonces no se hacían trasplantes"— además de todas las contrariedades de salud que arrastra desde hace 8 años.
Encefalopatías, caídas sin saber porqué, malestar general, falta de fuerzas, dolor en el pecho que se confundió con un dolor muscular y que dieron lugar a una baja laboral precipitada que le apartó de su trabajo como encargado en una cadena de electrodomésticos… Han sido algunos de los síntomas que tuvo antes de conocer todo su diagnóstico.
Su hígado no funcionaba y arrastró a su corazón "que se hizo un churro, las venas empezaban a doblarse" y los balones que le insertaban en la aorta no podían hacer su función.
Todo este proceso ha quedado atrás y hoy Toni respira optimismo y con el apoyo de sus hijos, de 31 y 27 años, hace previsiones de futuro. Revela que hace 15 años soñó que le colocaban un corazón y un hígado y ese sueño le vino a la mente cuando entraba en el quirófano por lo que está convencido, aunque suene excéntrico, que lo que está pasando "ya lo ha vivido".
DONAR ES VIDA
De cara al Día Nacional del Trasplante, sólo puede animar a que la gente done porque la donación es vida. "Cuando somos jóvenes, nos creemos dioses y pensamos que un trasplante es algo ajeno pero al final te puede tocar a ti".
En el piso de la FNETH, un mural pintado a mano ocupa la pared del fondo del salón. Un lugar verde e idílico donde quienes han pasado por esta vivienda han ido escribiendo mensajes como este: "Quien salva una vida es un héroe, pero quien salva muchas es un donante".