El segundo gran adversario que aparece en contra de la cultura Occidental es China. Ya lo hizo en el pasado defendiéndose y luchando para mantener su territorio y su ancestral cultura. En aquel caso solo pretendía defenderse de lo que, para ella, realmente solo eran invasores. Primero chocó con los Españoles en Manila, y aunque el emperador llegó a usar como moneda oficial el Real de a Ocho, de plata, del imperio Español (S. XVI y XVII), con quien realmente chocó y tuvo que lamerse las heridas fue tras las guerras del opio contra Británicos y Franceses, (1.839-42, y 1.856-60). Y más tarde contra la invasión real, conquistadora, destructiva, la Japonesa, (1.894-5, y 1.937-45).
Ahora pretende hacerlo, por primera vez, y como una auténtica neófita, sin experiencia ninguna en este juego, para que triunfe su “Liderazgo Cultural” frente al nuestro, o cualquier otro, en todo el planeta Tierra, tal como primero hicieron los Portugueses y Españoles (Tratado de Tordesillas de 1.494, en el que se repartieron el mundo), después Holandeses y Británicos, y ahora los EEUU. Para casi todos los analistas, sin embargo, es el que tiene más posibilidades de superarnos. Debemos estudiar por qué. Ante todo, tal como hicimos con Rusia, debemos presentar a China y dejar claro quién es.
Por aquello del “Árbol”, ahora hemos de estudiar sus raíces, carga genética y distintos desarrollos, en este caso milenarios, para saber ante quién estamos, y si así se nos presentan y nos desafían, contra quién debemos combatir culturalmente para ser el único “Líder Cultural” que marcará la forma de pensar de los habitantes del globo.
Ya sabemos que todos los pueblos, civilizaciones y culturas se crearon del Mito y la tradición oral. China no es menos. Pero también es cierto que esos Mitos y Creencias y sus ancestros mágicos son los que le motivan. La psicología social nos demuestra que todos los pueblos en función a la creencia en sus dioses actuarán. No importa que sus dioses sean o no verdaderos, o existan o no -como nos sucedió a nosotros-, lo importante es que los chinos creen en ellos y en función a sus creencias adecuarán sus conductas.
Según sus tradiciones orales nacieron en una época u otra, con unas u otras dinastías, aunque es cierto que fueron adquiriendo una serie de formas culturales y costumbres, pero lo comprobable es que su escritura y la mayor parte de sus instituciones -que fueron las que les trajeron hasta el S. XIX- nacieron como centro de poder centralizado en lo que se conoce como el inicio de la dinastía Qin, hacia el 221 A.C. (qué casualidad, Alejandro Magno murió dos años antes y Aristóteles el año anterior). Porque fue este emperador el que se proclamó como tal, “Primer Emperador”, los demás, durante toda la historia de la Cultura China, solo le siguieron y quisieron ocupar su puesto. Este Qin, fue el que unificó la mayor parte de la legislación -lo que crea un estado, y sobre todo una mentalidad racional- así como armonizó los pesos y medidas, estableció la primera escritura oficial, nació la literatura, las artes, las ciencias, facilitó la entrada del Budismo como nueva religión oficial que les acompañaría siempre, así como permitió a los discípulos de su mayor filósofo, Confucio, S. VI A.C., -que ya comenzaba a ser conocido- que propagasen sus grandes enseñanzas. Tanto el Confucionismo, como la religión Budista, marcarán a China hasta su modernización bien entrado el S. XX. Tal es así, que fue Confucio el que estableció el concepto y práctica del “Meritage”, los funcionarios del estado debían acceder mediante exámenes de ciencia y habilidades sociales, como la escritura, los conocimientos de historia, política o los adecuados a la época. Este emperador fue el que impuso estos exámenes y continuaría esta forma de acceso hasta que fue suprimido en los instantes finales del S. XIX y principios del XX.
En fin, marcó oficialmente el nacimiento del estado centralizado, el poder, lo que en realidad estudiamos nosotros, el nacimiento de un centro de poder que le denominamos Grupo Social Organizado (GSO). A partir de aquí cambiaron las dinastías, las modas, los acontecimientos históricos de derrotas o victorias, pero la Civilización China ya siempre fue la continuadora de este tronco común, de este estado centralizado y sus instituciones. Lo que hemos estudiado de forma científica cuando hablamos del “Liderazgo cultural”, en este caso, el creador y mantenedor de esa civilización, duró hasta el S. XX.
Tal es así, que esa es la verdadera China, porque los siguientes pasos históricos son, como en el resto del planeta, familias y etnias, o regiones con desarrollos económicos puntuales, que toman el poder y designan a la dinastía con este o aquel nombre, y cambian la capital y la corte, pero el tronco principal, el centro de poder, y más aún, la cultura, escritura, conocimientos, comercio y administración central del estado, eso ya no cambiaría nunca.
Lo anterior es tan cierto que ni con la conquista de pueblos tan exteriores como los Mongoles de Gengis Kan, en el S. XIII, que los derrotaron, ni su nieto, Kublai, que unificó como nuevo y único emperador todo China, impusieron sus costumbres o conocimientos. No, se plegaron a la riquísima cultura China y pasaron de conquistadores a conquistados, igual que les sucedió a Francos, Godos o Lombardos con las leyes y cultura del imperio Romano. Los mongoles fueron de nuevo derrotados y expulsados, pero la Gran Cultura China permaneció y siguió creciendo.
Lo mismo les sucedió a los Manchúes en el S. XVII, derrotaron los ejércitos imperiales, tomaron el poder, incluso cambiaron la lengua oficial de la corte y los documentos oficiales, pero la gran cultura China prevaleció, y ellos desaparecieron.
Podemos definir a China con un símbolo inconfundible suyo, su gran Muralla. Esta siempre ha estado, y está, allí. Precisamente se conoce el gran avance que propició a la misma el primer emperador, Qin. Sí se conocen las obras de ampliación y fortificación de la misma por las nuevas dinastías. Todos los bárbaros extranjeros quisieron superarla y entrar, todos terminaron derrotados por la verdadera cultura China, y desaparecieron. Ellos murieron, la Muralla y la cultura quedó y creció. La Muralla siempre pretendía marcar el interior, lo querido, lo que debía ser guardado. La verdadera cultura China.
A partir de la llegada de los imperios occidentales esta barrera ya no sirvió para nada, como su cultura. Desde la revolución de Mao, solo es…Un lugar turístico al que visitar…Algo hermosísimo y poderosísimo en el pasado, como su cultura. Hoy…Hoy absolutamente “Inservible” –la Gran Muralla- para estos nuevos tiempos.
También tal como hicimos con Rusia, hemos de estudiar y proyectar la “Psicología China”. De esa forma sabremos qué mecanismos de valoración y reacción disponen, y con ello podremos en parte saber cómo se comportarán de futuro frente a este o aquel supuesto.
Características, 1.- el que una familia sea la que detente el poder y otras le apoyen. El nacimiento de lo mismo en Occidente, el feudalismo, los señores de la tierra y la guerra, lo que en Japón se llama los Xogun…
2.- Funcionamiento con una familia con todo el poder, a partir de ahí los aliados y la dominación absoluta de cuanto más territorio y masas mejor, pero sin derecho político alguno, excepto los nuevos pequeños reinos aliados como son los Uigures (A los que ahora se quiere masacrar) y alos Tibetanos a los que ya se les masacró por la fuerza en su día.
3.- La visión de una jerarquía sin límites con poderes absolutos y la sumisión hasta la vida y la muerte de los dominados. Ningún estudio de intelectualidad política. Solo leyes dictadas por el poder omnímodo del emperador central.
Todo poder y fuerza militar. Ha gobernado el que ha vencido en batalla… puro estado animal…gana el león, ciervo, caballo o elefante más fuerte, los demás no existen…
Desde su fundación triunfaron los brutos militares pero al final ganaron los laboriosos y cultos
Pueblo muy laborioso creador inventivo, ordenado, culto, costumbrista, el de fuera triunfó pero se adaptó y gano el de dentro.
No superación de su gran problema… la no cultura política, sólo conciben el poder absoluto centralizado. No confían en el comercio, la cultura, la ciencia, el conocimiento.. las instituciones… y menos como los romanos, en la unión de trece tribus y las leyes que les unen
No creen en el conocimiento de que la cultura, la paz, el comercio, la riqueza unirá a los pueblos, creen que solo con la fuerza pueden imponerse y dominar…
Hemos quedado en artículos anteriores que para presentar de forma amplia y profunda la explicación de un conflicto y sus partes, debemos despejar lo mejor que podamos todas las incógnitas. Dos de la muchas que se nos presentan son, tal como ya hemos relatado, aclarar porqué el Cristianismo es Oriental, o mejor expuesto, No es Occidental, y cuál será la posible posición de la India.
Comencemos por la primera. Pese a que ha quedado expuesto que Occidente es hoy los mismos territorios que fueron el Judeo-Cristianismo y sus conquistados, o conversos por propia voluntad, entonces, ¿no es contradictorio afirmar con rotundidad que el Cristianismo no es Occidental? ¿Cómo se aclara esto?. La respuesta precisa es que Occidente es única y exclusivamente el Helenismo y la Romanización. Lo que ocurrió es que el Judeo-Cristianismo invadió esos territorios -luego los agrandó- y trato de dominar con su ideología -sus Mitos, Ritos y Dogmas- lo más que pudo, hasta que esos territorios, con sus pensadores más importantes a la cabeza, decidieron derrotar la Fundamentación Mágica del Judeo-Cristianismo y volver a la verdadera esencia de Occidente, con el llamado Renacimiento. Este no fue otra cosa que avanzar más allá de esas visiones religiosas inamovibles y volver al verdadero espíritu de los Helenos y de Roma. ¿Cuál era ese espíritu? El de la Razón. En el Conocimiento contrastado y demostrable. El camino de la llamada, Ciencia. El que marcó para siempre, Aristóteles de Estagira.
Una de las explicaciones más difíciles de realizar, es convencer a los lectores que la clave de la supervivencia en la vida hasta la actualidad es el Mestizaje. Todos tendemos a creer que lo más importante es la llamada, Pureza, aunque luego quizá nadie sabe explicar qué narices es eso de la llamada, “Pureza”. Si algo nos demostró Darwin -Ya vemos, Ciencia, espíritu Occidental, no creencias ciegas- es que no triunfan esos que aparentemente llamamos “Más fuertes” sino que los que decimos que triunfan, son simplemente “Los que sobreviven” y ¿quienes resultan ser esos?, “Los que mejor se adaptan a las nuevas circunstancias”. Si echamos una simple mirada veremos que todas las grandes culturas y civilizaciones son las que surgieron tras el Mestizaje. Dos ejemplos, pensemos en España y en los actuales EEUU. Esto es lo que sucedió con el Judeo-Cristianismo. Se produjo un Mestizaje entre el incipiente Judeo-Cristianismo y los restos de Grecia y Roma. Y lo que surgió, Mil años después, es el verdadero Occidente.
El verdadero y único espíritu Occidental es La Hélade. Que luego heredó Roma. Lo que hizo el Judeo-Cristianismo, con Saulo de Tarso (San Pablo) a la cabeza -con gran inteligencia- fue propagar esas nuevas ideas en el mundo Occidental, ante la degradación y decadencia política y militar del Imperio Romano, y tomar el poder en esos territorios -recuerdo que Saulo de Tarso se enfrentó al hermano mayor del propio Jesús, Santiago el Mayor, al que venció políticamente, defendiendo que los nuevos Cristianos no tenían porqué circuncidarse, y que podían, y debían, ser Cristianos los nuevos conversos de Occidente, Griegos y Romanos preferentemente. Con ello fundó el Cristianismo occidental, muy diferente al viejo Judaísmo, y se adaptó a muchas ideas de Occidente, una de ellas fue aceptar las vírgenes Griegas y Romanas, recuerdo que “Palas Atenea” era la “No parida”, “El Partenon”, y las “Vestales Romanas”, “Vírgenes obligatoriamente bajo pena de muerte” eran tradición de Roma. Jamás los Judíos con su Machismo atroz podrían aceptar el valor de las mujeres, y menos adorarlas en un templo o altar. Léase a Hans King y sus maravillosos y famosísimos libros sobre el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam, que aclara mucho mejor que este autor todas esas cuestiones-. Y las nuevas autoridades Cristianas, al nombrar al “Sumo Pontífice”, al Papa, con su importantísima Curia de los mejores Sabios, que era una tradición Romana, ejercieron el poder sobre esas sociedades con sus mejores pensadores y textos, tratando muchas veces de suprimir la Ciencia y el Conocimiento, véase el proceso a Galileo Galilei y a tantos y tantos otros, y otras, incluso al propio Tomás de Aquino (Por defender “La Razón”), e imponer sus creencias ciegas hasta que pudieron. Al surgir las rebeliones intelectuales las combatieron hasta que quedaron en ridículo, cuando ya la “Verdad Real” se impuso, el verdadero conocimiento contrastado que no puede negarse, -Esto sucedió con el Renacimiento- no tuvieron más remedio que replegarse e ir, como van ahora, a remolque, y defendiéndose como pueden para sobrevivir con sus propiedades y privilegios, pero en el verdadero Occidente, intelectualmente hablando, desde René Descartes e Isaac Newton en adelante, los defensores del viejo Judeo-Cristianismo ya no tuvieron mucho que decir.
La Estructura de Pensamiento, las Ideas, Creencias, Dogmas, Mitos y Ritos del Judeo-Cristianismo son Orientales. Anti Occidentales. Prueba de ello es que reprimieron a Occidente mientras pudieron, combatieron el Conocimiento y la Ciencia a muerte. ¿Por qué? Porque iba contra sus dogmas absurdos, que era lo que ellos defendían. La Verdad de la Naturaleza no les importaba ni les importa. Solo les importa su “Fe”, como a Abraham al que siguen. Por eso el Judeo-Cristianismo, pese a que este último tomó muchas ideas y costumbres de Occidente -una de ellas es el calendario Solar, el de los Judíos es Lunar- tapó al verdadero Occidente mientras pudo. El verdadero espíritu y formas occidentales aguantaron desde Grecia y Roma y cuando pudieron, al ser invencibles, porque nadie vence a medio y largo plazo las verdades de la “Verdadera Madre Naturaleza”, surgieron de nuevo y derrotaron al Judeo-Cristianismo relegándolo a lo que siempre fue, una forma de pensar y gobernar Anti-Occidental. Al explicar la historia de occidente veremos con claridad estos procesos.