El polvo sahariano se ha adueñado de numerosas ciudades de la Península. Muchos conductores de la provincia de Toledo se han sorprendido esta mañana al tener que limpiar las lunas de sus vehículos de un polvo rojo, de barro, tras un episodio que hacía varias décadas no sucedía en España.
La borrasca Celia, que entró este domingo por el suroeste, ha dejado este lunes lluvias y viento en en buena parte del país y una excepcional presencia de polvo del Sáhara en suspensión.
La presencia de partículas en suspensión es evidente desde primera hora en cualquier lugar al aire libre de la región, con polvo del desierto depositado sobre cualquier objeto expuesto en las calles.
La calima es un fenómeno meteorológico que se produce en la atmósfera terrestre, y está caracterizado por la presencia de partículas sólidas muy pequeñas en suspensión pero lo suficientemente numerosas para dar al aire un aspecto opaco, dotándolo de un color rojizo.
Son muchos los vecinos de Talavera y su comarca, y de Toledo y Madrid, que nos han hecho llegar fotografías con sus vehículos cubiertos de arena roja.
Las redes sociales también se han hecho eco de este fenómeno que ha afectado principalmente a los municipios de Levante.