Es jueves 24 de febrero de 2022 y estamos en la Semana de Carnaval. Con o sin máscara, Vladimir Putin parece estar dispuesto al remake de “danzad, malditos, danzad”. Acabamos de subir de estar un rato con los amigos tomando una cerveza y es —justo cuando enciendo el televisor— la hora del Telediario. La noticia no es un “fake news”: Las tropas rusas cruzan la frontera desde Bielorrusia 150 kilómetros al norte de Kiev. Su desarrollo no ofrece la menor duda: “Las tropas rusas han cruzado en la mañana de este jueves la frontera desde Bielorrusia a Ucrania por un punto situado unos 150 kilómetros al norte de Kiev. Rusia inició de madrugada el ataque contra Ucraniay ya se ha confirmado la muerte de decenas de personas. La población trata de huir del ataque, que inicialmente parece haberse dirigido contra objetivos militares. Miles de personas se agolpan en la frontera con Rumanía para pasar a pie a ese país”.
¿Y LA DIPLOMACIA?
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea acordarán esta noche en una cumbre extraordinaria en Bruselas nuevas sanciones contra "sectores estratégicos" rusos tras la invasión de Ucrania, que para los líderes comunitarios supone "las horas más oscuras para Europa" desde la Segunda Guerra Mundial.
Un primer paquete que los países de la UE aprobaron tras el decreto que Putin firmó el lunes reconociendo la independencia de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk afecta ya, entre otros, al ministro de Defensa, al jefe de gabinete del presidente ruso, Vladimir Putin, y a la cúpula militar.
El paquete de sanciones que prepara ahora la UE será el "más masivo y duro que hayamos adoptado nunca" y si Putin no da marcha atrás, Rusia se verá "sometida a un aislamiento sin precedentes", ha avanzado Borrell. Las fuentes consultadas por EFE apuntaron, no obstante, a la "cuestión abierta" de cuán potentes serán estas sanciones, con algunos países impulsando medidas más fuertes y otros, como Italia, Alemania o Chipre, que quieren dejar ciertas sanciones fuera del paquete que será aprobado esta noche.
¿HABRÁ GUERRA?
¡Qué horror, Dios, qué tristeza si así fuera! Está en boca de muchos ciudadanos del mundo, sin duda. De momento, miles de ucranianos, entre ellos numerosas mujeres con niños, hacen cola este jueves en pasos fronterizos para cruzar a pie a territorio rumano, después de que Rusia lanzara la pasada madrugada una invasión militar a gran escala de Ucrania que ha matado ya a decenas de civiles. Imágenes ofrecidas por la agencia pública de noticias rumanas, Agerpres, muestran a un río de personas, algunas con niños pequeños o bebés, cargando maletas y bolsas de deporte.
Pedro Sánchez —en La Palma— ha comparecido tras reunir al Consejo de Seguridad Nacional para expresar la "rotunda condena" del Gobierno español a las "inaceptables actividades militares" emprendidas por Vladimir Putin en Ucrania en lo que ha calificado de "flagrante violación del Derecho Internacional" y ha advertido de que esta crisis tendrá "consecuencias de gran alcance".
Don Justino Pérez, fallecido en 2005, el empresario talaverano que construyó el refugio nuclear en 1982
UNA PREVISIÓN EN TALAVERA
Esta situación me retrotrae a hace justo cuatro décadas —en el año 1982— cuando un constructor talaverano, don Justino Pérez, construyó su refugio atómico en el subsuelo del Hotel Beatriz. Aquí les quiero relatar la historia del mismo, que he rescatado ante la amenaza que a fecha de hoy se cierne sobre la humanidad.
El Mundo en su edición del viernes 26 de octubre de 2001 dedicaba la siguiente información. No más de 30.000 españoles estarían protegidos en caso de una amenaza nuclear, química o bacteriológica que afectase a nuestro país. Esta mínima parte de la población es la única que podría hacer uso de alguno de los 400 refugios particulares existentes en España, en los que podrían permanecer el tiempo suficiente hasta que la amenaza o la contaminación ambiente desapareciesen. Y en referencia a Talavera de la Reina decía lo siguiente.
El director del Hotel muestra el bunker a los periodistas de El Mundo en 2001
600 M2 SEGUROS EN TALAVERA DE LA REINA
No siempre se piensa exclusivamente en la seguridad personal. Algunos van más allá y determinan velar por la de sus empleados y clientes. Es el caso de algunos lugares públicos que cuentan entre sus instalaciones con refugio NBQ.
Como el hotel Beatriz, en Talavera de la Reina, que cuenta en su parking con un refugio de estas características de 600 m2. “Es para velar por la seguridad de los familiares, empleados y clientes en caso de peligro”, comenta el director del hotel, Valeriano Arriero.
El refugio fue construido en 1982 —una época en la que el despliegue de euromisiles causó cierto revuelo entre la población y un periodo en el que también aumentó la demanda de este tipo de habitáculos—. “La idea fue del propietario, que tenía visión de futuro”, comenta el director haciendo alusión implícita a la situación que se vive actualmente. El refugio ocupa toda la planta sótano del hotel y contiene las dotaciones necesarias para poder salvar a sus pobladores en caso de emergencia. Pero, mientras, se saca el máximo partido a esos metros cuadrados dándoles la utilidad de aparcamiento. En el diario El País se reflejaba de este modo.
EL BÚNKER DE TALAVERA
El búnker privado más grande de España podría albergar a 400 personas y está en el garaje del Hotel Ébora en Talavera de la Reina. “Mi abuelo lo pasó muy mal en la guerra. Cuando llegó a Talavera compró un solar para hacer su primer hotel”, explica Dolores Cases, nieta del dueño Justino Pérez (fallecido en 2005). “Como está muy cerca de la Cuenca del Tajo y hay bastante agua tuvo que meter hormigón armado. Eso y su temor a una guerra le decidieron para hacer un búnker”. Pérez quería un refugio para su familia, pero el constructor Antonio Alcahud lo convenció para hacer el más grande de España capaz de refugiar a los huéspedes del hotel, al personal y la familia del propietario.
A modo de epílogo es de esperar que no sea necesaria su utilización, y que la comunidad internacional sepa salir airosa de esta crítica situación. No obstante, y también a fecha de hoy, desconocemos en qué situación se podrá encontrar la magna obra de don Justino Pérez. En cualquier caso, en esta información les dejamos el vídeo grabado hace más de dos décadas.