Corría el mes de febrero de 1992 y la Talavera convulsa —la Bosnia Herzegovina de Castilla la Mancha— seguía siendo un hervidero de noticias, malas noticias en su mayoría, para desesperanza de los talaveranos y comarcanos que seguían viendo cómo internamente la Comarca fenecía por intereses pocos claros y por mucho que los fieles siguieran mostrando su carácter religioso con las celebraciones del momento como la Candelaria y San Blas.
De este modo nos despertábamos los talaveranos en la primera semana del mes de febrero hace justo treinta años: con el Comercio en pie de guerra y en el que empresarios, sindicatos y consumidores se había envuelto en un envase de nitroglicerina a punto de explotar. Y todo esto sólo unos días más tarde de que se hubiese constituido la Mesa la Mesa negociadora, a nivel provincial, de cara a la redacción del nuevo convenio de Comercio en Talavera de la Reina. El epicentro de la “guerra” se había montado en el recién construido Nuevo Centro y con el supermercado “Match” como objetivo. Gobernaba el consistorio talaverano Javier Corrochano y todos los locales allí establecidos, excepción hecha de los destinados a la hostelería, habían sido denunciados por la previsible vulneración del convenio colectivo vigente.
Y todo porque que en años anteriores, los trabajadores de comercio de Talavera —uno de los sectores empresariales con más empleados de la ciudad— habían plantado cara en diversos establecimientos, Día o Simago entre otros, porque consideraban que los cambios que las empresas pretendían en el horario laboral y de apertura de establecimientos perjudicaba al colectivo. Con presiones, mediaciones del alcalde y otras circunstancias, los trabajadores terminaron saliéndose con la suya.
La discusión tenía su origen en la apertura los sábados por la tarde del supermercado ubicado en Nuevo Centro, lo que había motivado la celebración de asambleas de trabajadores para evitarlo. Y en el origen del conflicto, determinados empresarios talaveranos que se “quejaban de que había pagado muy caro el suelo —se comentaba que en torno a las 200.000 pesetas el metro cuadrado— y había que rentabilizarlo con las apertura de los sábados en horario de tarde”.
Enfrente estaban los trabajadores del sector, apoyados por Comisiones Obreras. El sector de la Alimentación de FEPEMTA abogaba por no abrir como respuesta de “respeto a las costumbres comerciales de la ciudad y hacia sus trabajadores”. Carmen Rizo, presidenta de los consumidores, abogaba por la “apertura libre del comercio” y empresarios como Carlos Borrajo,
estaban replanteándose su postura inicial y pensando en unirse al carro de la apertura en sábado tarde. Mientras que el otro sindicato mayoritario, con Julián García a la cabeza como Secretario de Organización, parecía tenerlo muy claro: “este conflicto no nos atañe a los trabajadores por tratarse de una guerra comercial entre empresarios”, Para echar “más arroz a la paella”, los argumentos legales esgrimidos por los unos y los otros: la ley Boyer proclama libertad de horario de apertura. Por otra, el convenio de Comercio dice expresamente que ”la jornada laboral será de 40 horas a la semana, de lunes a sábado por la mañana, salvo las empresas que tengan actualmente o en su día se les reconozca horario distinto por la autoridad laboral”. Finalmente, el convenio provincial de Alimentación no cita nada referente al reparto de las 40 horas de la jornada laboral. ¡Menudo galimatías!
En el Hospital Nuestra Señora del Prado se detectaron irregularidades que acabaron con el ces de un ATS responsable de los análisis clínicos
MÁS LÍOS
Con comerciantes y trabajadores del sector en plena disputa, y aparcadas momentáneamente las manifestaciones por el Trasvase, había otros “líos” más en los que se centraba la información local treinta años atrás. Por ejemplo la dimisión del socialista Nemesio Crespo —histórico del movimiento vecinal en Talavera— dimitía como presidente de la Asociación La Milagrosa del Barrio de la Estación. Su decisión irrevocable estaba provocada por la falta de participación vecinal solo había podido reunir en la asamblea a 25 socios de los 680 que militan y eso para él tenía como lectura “la necesaria renovación a favor del barrio y de la asociación”. Eras las palabras de este dirigente socialista perteneciente al sector crítico, liderado en su momento por Jesús Fuentes Lázaro.
Tras las manifestaciones por el Trasvase otros líos dejaron una Talavera convulsionada en febrero de 1992
Y no se quedaban aquí las protestas del momento, porque las asociaciones de Padres de Alumnos de cuatro centros escolares de Talavera —Agustinas, Maristas, Misioneras y Francisco de Rojas— junto a la Asociación de Vecinos del barrio de La Solana han protestado airadamente todo lo que han podido ante el Ayuntamiento para impedir que se instale una gasolinera en la zona. Mientras, el Ayuntamiento afirma que no hay razones legales para echar atrás el proyecto, los protestantes recuerdan que el solar estaba previsto como zona verde en el Plan General de Ordenación Urbana.
En fin, sumen a esta nueva protesta el escándalo del Hospital de Nuestra Señora del Prado donde un médico y un ATS del hospital eran expedientados una vez que el gerente detectó al hacer sus cuentas que había una partida que sorprendentemente se había incrementado demasiado en el último año. Era la correspondiente a las facturas provenientes de los tres laboratorios barceloneses que hacían los análisis de sangre que, por falta de medios técnicos suficientes, no pueden realizarse en el centro talaverano. Y estas eran las cifras que Félix González Encabo —gerente en ese 1992— remitió al INSALUD: en 1989 la facturación de éstos llegó a 28 millones y en 1990 ascendió a 25 millones —debido posiblemente a que Talavera se dotó dicho año de maquinaria para hacer análisis que hasta entonces no se podían hacer aquí; en 1991, para noviembre ya subían las facturas a 33 millones, que a final de año han sobrepasado los 35. Un ATS fue acusado del fraude y tras ser expedientado sería posteriormente despedido. Del procedimiento utilizado nos ocuparemos en otra ocasión, dado que exponerlo en el presente reportaje podría resultar “pesado” para el lector. En cualquier caso el claro ejemplo de corrupción es digno de conocerse. Será en otro momento.
ALGO MÁS AMABLE
Se habló de un macroproyecto para la clínica Marazuela de 400 millones de pesetas de inversión
Y no dejamos para entonces otra noticia del momento, que tiene continuidad con el sector sanitario. Y es que se conocían por entonces dos ambiciosos proyectos para Talavera y su Sanidad, en este caso de carácter privado. El primero de ellos porque se pretendía la creación de un gabinete radiológico con una inversión de 100 millones de pesetas. En su origen el nuevo retraso que sufría la instalación en el Nuestra Señora del Prado del prometido scaner y que ha provocado que determinados médicos se hayan puesto manos a la obra —también había quienes estaban en contra— para hacerlo realidad aún con carácter privado. Entre ellos, se contaba entonces, con los doctores Sevilla, Vicente, Durán, Martín, De la Torre —exconcejal centrista—, Laso, Saturnino y Castañeda, éste concejal socialista en activo. En cuanto al otro proyecto se decía que reconversión de la clínica Marazuela en una moderna clínica privada y se contaba con un desembolso de unos 400 millones de pesetas.
Los periodistas homenajearon a don Eladio, como anteriormente lo hizo el Talavera CF
Pero sin duda la “cara amable” tenía como protagonista a uno de los nuestros: don Eladio Martínez, el histórico periodista fundador de la publicación decana de la provincia, La Voz del Tajo, que era homenajeado por los periodistas talaveranos. A la emotiva visita recibida por una delegación del colectivo a su habitación en la Residencia de Ancianos en la que vive, se unieron las felicitaciones de numerosas personas como las de José Bono y Alejandro Alonso. Días más tarde era el Talavera CF el que se unía a la felicitación en un partido en el Municipal El Prado.
Y acabamos las efemérides, algunas de ellas, de 30 años atrás con unas líneas de OPINIÓN de don José Retana en un artículo publicado en la toledana revista BISAGRA que dirigía en aquella época otro ilustre periodista toledano relacionado con nuestra Voz del Tajo, Paco Gómez Herruz. Pepe en su artículo titulado “Talavera, un sueño posible”, y tras presentar su sección “Puerta de Cuartos”, venía a decirnos que “para empezar, se ha removido la apoltronada conciencia ciudadana, y la sociedad talaverana, apática por naturaleza, ha dado los primeros pasos, aunque como tales, balbuceantes, pero al fin han demostrado que no están totalmente dormidos. Y lo que todavía es más insólito, los políticos regionales desfilan por el Ayuntamiento talaverano, mostrando un interés inusual, compitiendo entre sí sobre los proyectos que para esta comarca tienen cada una de sus Consejerías. Primero fue el de Política Territorial, quien vino a anunciar el arreglo de las carreteras de Cervera, la de San Román hasta la variante, la de Calera e incluso las de Mejorada y Segurilla. A renglón seguido, Cultura se ofreció para recuperar el maltrecho patrimonio histórico: como San Prudencio, futuro auditorio: el Liceo, complemento del Museo Ruiz, de Luna: Santiaguito, para biblioteca pública: el antiguo Lugar de San Jerónimo, para sede del Archivo Histórico y el Alfar del Carmen, y como colofón, abrir ¡por fin! el Museo Ruiz, de Luna en la primavera del 93”. Concluía don José su columna con “habrá que seguir pidiendo, porque aún hay otras muchas otras cosas que pueden y deben llevarse a cabo, pero hoy al menos, empiezo a imaginar que Talavera es un sueño posible”.