En el día de ayer volvimos a presenciar la hazaña de alguien que no parece humano, alguien que cuando tiene todo en contra, lejos de rendirse, saca la casta y el coraje que le han llevado a convertirse en el mejor tenista de todos los tiempos: Rafael Nadal.
¡Leyenda! Rafa Nadal se hace con la victoria en el Open Australia
Pocos confiaban en una remontada que en lugar de hipotética parecía milagrosa si llegaba a producirse. Porque tras caer derrotado en los dos primeros sets ante un Medvedev infranqueable y ponerse 3-2 abajo con tres bolas de break en el tercer set, parecería ilusorio creer que darle la vuelta al partido podría llegar a ser una realidad.
Pero si algo ha demostrado durante su trayectoria el hombre que ayer sumó su Grand Slam número 21 es que es el mejor en el aspecto mental. Muchos hubiesen tirado la toalla pero él no lo hizo, comenzó a remar, comenzó a creer y volvió a escribir una nueva página en la historia del deporte mundial.
Una historia repleta de hojas históricas en la que Rafael Nadal Parera ha puesto en júbilo a millones de personas a través de sus gestas. Desde sus inicios como profesional, allá por el año 2002, un quinceañero comenzó a deslumbrar al mundo con sus actuaciones y ese quinceañero del que hablamos se consagró en la noche australiana como el tenista más grande de todos los tiempos.
La Rod Laver Arena, repleta de 14.000 personas, ovacionaba a un mito, a un ídolo, a un héroe. El mundo a sus pies, como tantas otras veces. La pista central del Australian Open tan solo es la última pista, hasta ahora, que le ha rendido pleitesía y seguro que no será la última. Porque a sus 35 años, a pesar de que el retiro está cerca, es imposible pensar que el de ayer fue su último título.
A día de hoy Rafa mantiene la ilusión y las ganas intactas al igual que aquel Nadal que en el año 2003 vencía al toledano Feliciano López y ganaba el Trofeo Internacional de Tenis “Ciudad de Albacete”. Aquella “cuervera”, trofeo que se entrega por ganar este torneo, fue motivo de comentarios en las redes sociales. Una cuervera el recipiente tradicional para preparar y servir la cuerva, bebida típica en zonas de Albacete.
En la foto compartida en Twitter por el usuario @Albertocandome de aquella entrega de trofeos en el Club de Tenis de Albacete se puede apreciar a un Nadal, de apenas 16 años, que arrancaba su andadura como profesional y del que se presagiaba un futuro prometedor. El resto es historia.
Ningún gran slam igualará la cuervera que ganó en Albacete