El panorama del río Tajo a su paso por Illana (Guadalajara) no es muy favorable. Según informaron ayer 'El periódico de España' y 'Cuatro al Día' varios vecinos han denunciado que la abrupta bajada del caudal, que duró 24 horas, dejó a la vista los restos de hasta ocho coches, alguna vaca muerta, mesas metálicas y otros objetos. Un cementerio de residuos que los vecinos barruntaban que podía existir.
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Tal y como ha recogido 'El periódico de España', José Carlos, vecino de la urbanización El Soto, ha asegurado que "nunca en la vida lo habíamos visto así, era apenas un metro de agua, no nos explicábamos cómo podía haber bajado así el caudal".
El martes, según las imágenes y vídeos que tomaron los vecinos, era, sin embargo, en algunos puntos, una especia de arroyo de aguas marrones y con lodazales en los márgenes del río. "Era como una ciénaga", coinciden varios vecinos de la zona.
La alarma saltó en los chats de WhatsApp de los vecinos de esta urbanización de casas bajas y chalés pegada al río, una de las tres -junto a Riollano y Cuartillejo- que junto con el núcleo urbano de Illana forman esta población de 776 habitantes que en verano multiplica su número de vecinos por tres o por cuatro.
En las urbanizaciones hay más de mil casas, usadas principalmente como segundas residencias. Se trata de una zona plagada de pequeños montes y zonas de cultivo.
EL JUEVES EL CAUCE VOLVÍA A LA NORMALIDAD
Este jueves por la mañana el cauce del Tajo volvía a la normalidad, entre otras cosas por las insistentes gestiones realizadas por el alcalde, Francisco Javier Pérez, que el martes envió un escrito a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) para comunicar la situación, según 'Nueva Alcarria'. Sin embargo, los restos de coches, vacas y otros animales siguen en el fondo del cauce y los vecinos quieren “garantías fehacientes de que se van a retirar, porque el río es de todos”.
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