Es una obviedad que el fútbol de hoy en día no tiene nada que ver con aquel otro en blanco y negro, en el que la inspiración individual de sus gentes dejaba inactiva otras carencias. Hoy está todo estudiado y casi nada se queda a la especulación, aunque lógicamente el arte individual -inspiración que se dice- que puede emerger en cualquier minuto de los noventa y tantos que se disputan, cambie lo que hasta ese instante dictamine el marcador.
Este CF Talavera 2021/22 que la dupla Muñiz/Cea ha proporcionado a los aficionados está abocado al sufrimiento para lo que resta de Liga. Mi afirmación no es gratuita y así lo expresan muchos de los files que acuden los días de partido al Prado. Desconozco los proyectos de cara al mercado invernal, pero parece claro que si los dineros dan de sí debería haber bajas y, por ende, nuevas incorporaciones. ¿Dónde; en qué parcelas en qué número? Buena pregunta que tal vez los entendidos -y uno no lo es más allá de lo que ve y observa cada domingo- deberían tener ya encriptado en sus cerebros -ficheros de datos- futboleros.
Baste decir que quien esto firma, ya retirado del mundanal ruido de la comunicación, no tiene nada en contra de los gestores deportivos del club blanquiazul. Menos aún cuando no vive el día a día de sus actividades y el análisis se limita a la simple reflexión de lo que se ofrece cada domingo de partido. La última vez fue este domingo 19 de diciembre con la visita del Real Unión Club a Talavera de la Reina, de donde se llevó merecidamente los tres puntos en juego sin hacer, de cara al desarrollo global de los dos tiempos, nada espectacular. Bastó la solidez defensiva, la profundidad por banda de sus carrileros y el acierto rematador -fallos incluidos de algunos zagueros talaveranos- para lograr el triunfo.
Las expresiones verbales de los parroquianos –“Cea dimisión”- es la única salida que les queda a un número determinado de ellos cada vez que el equipo no gana como local; algo que se lleva produciendo desde que el 3 de septiembre, en la segunda jornada liguera, se venciera a los madrileños del Sanse por dos goles a cero. Y muy mal se tendrían que poner las cosas para que Muñiz Fernández tomara la decisión de prescindir del técnico madrileño. Y es que lo de jugar como local realmente es preocupante, porque el equipo lejos del Prado sí que da la talla en cuanto al potencial que ofrece esta 1ªRFEF compleja y tan equilibrada que cualquier vaticinio pre partido se va al garete por un “quítame allá esas motas”…
¿Qué falla, entonces? Otra excelente pregunta si este firmante tuviera la varita mágica que todo entrenador quisiera. Pues no lo sé, sinceramente. Pero lo que uno sí aprecia desde la distancia son cuestiones muy básicas: a esta alturas Cea no tiene un equipo definido por parcelas y eso se puede observar en cuanto el marcador se pone en contra en El Prado. Sólo el portero Edu Sousa parece ser fijo en una defensa que comenzó con Javi Domínguez de titularísimo y hoy está desaparecido en favor de Escalante, que es blanco de las críticas de cualquier aficionado. Con la presencia de Tomi Bourdal acompañado por el mejicano Nicho alguien que fue determinante el pasado ejercicio como Juanma tan solo parece haber quedado como recurso extremo actuando de delantero centro si se va en desventaja en el marcador. Algo que es poco entendible, y más si como algunos eruditos dictaminan que Bourdal-Juanma debería ser la pareja de centrales titulares. En fin…
Menos dudas aparente tener el entrenador en los carriles donde los problemas físicos del capitán Góngora han convertido a Víctor Ruíz como titular y donde Choco parece intocable, aunque bien es cierto que si Góngora mejora habrá de volver a ocupar la banda izquierda y alternarse en la ejecución de los golpes francos con Víctor. Una dupla que puede resultar especial en todo lo que resta por disputarse para lograr el objetivo de mantener la categoría, que entiendo que por el potencial del plantel es lo asumido por dirección y parcela técnica. Pablo Monroy ha sido la alternativa que ha utilizado el entrenador para dar reposo a Choco.
Y si asumimos que en efecto Cea ha tenido en estos 17 partidos de Liga disputados y 2 de Copa muchas dudas y por cuestiones de lo físico multitud de variantes, éstas ha proliferado de medio campo para arriba. Con el canario Vicente Romero como pivote defensivo titular, Jon Ceberio lo ha sido en el apartado ofensivo. Ellos dos han tenido como complemento unas veces a Jordi Ortega y Toño Calvo, y en otras a Borja Díaz y Edmilson, con alguna mínima aparición de Jordi Martín, que solo acumula 174 minutos entre Liga y Copa.
Y es en vanguardia donde más suspiros se le escapan al entrenador madrileño. De momento parece tener toda su confianza el recuperado como blanquiazul Cristian Perales, aunque las expectativas del gol -lleva 4 en Liga y 2 en Copa- le han “obligado” a buscar alternativas como la del brasilero cedido por el Real Madrid, Rodrigo Rodrigues Farofa -1 gol en Liga y 1 en Copa-, Dani Pichín -sólo 2 goles- o Uzo Adighibe -2 goles en Liga y al parecer con lesión de cierta relevancia en cuanto al tiempo de recuperación- para sellar la zona de vanuguardia junto al gallego David Añón -2 goles en Liga-. Pau Russo, Mitko Rusanov -18 minutos en Copa- y Ñoño prácticamente ni se han estrenado, aunque el de San Fernando haya dispuesto de un total de 12 minutos en los dos partidos en los que ha jugado desde el banquillo.
Son, sin duda, demasiadas muestras de que Víctor Cea no ha dado todavía con el once ideal capaz de resolver la principal necesidad de los partidos como local: la falta de gol de sus hombres de vanguardia.
MERCADO INVERNAL
El 8 de enero el CF Talavera deberá rendir visita a un estadio histórico del fútbol nacional como es Riazor, en donde le espera el líder de la competición, el Dépor. Un equipo que suma 11 victorias, 4 empates y 2 derrotas, sumando 28 goles a favor y 9 en contra. Son los mejores datos de los 20 equipos y solo le iguala la Cultural Leonesa en la parcela ofensiva. Acudir allí tras el parón navideño no ofrece muchas garantías de éxito a priori, aunque lo mismo podría ser contraproducente para el conjunto gallego y el CF Talavera podría dar la sorpresa, entre otras razones porque ya nadie duda de que los de Víctor Cea son mucho más resolutivos y efectivos cuando juegan como visitantes.
A pocas fechas de abrirse el mercado invernal son muchos los equipos de Primera RFEF que están pendientes de la localidad de Almendralejo, donde la UD Extremadura está dando sus últimos estertores con la fase de liquidación en curso de la entidad extremeño. Y de ella solo se escapará si surge un milagro de última hora antes que la jueza abra el proceso de liquidación de la sociedad como paso previo a la desaparición del club. De ser así, y si hay pretensiones de reforzar la plantilla aunque sea a costa de alguna baja, los gestores talaveranos deberían fijarse en dos nombres: el capitán Kike Márquez y, sobre todo, en el delantero Rubén Mesa. La calidad de los dos hace que tengan muchos novios para cambiar de casa, pero sobre todo el segundo de ellos es por sus 29 años el más pretendido y soñado.
En el sentimiento de los aficionados y seguidores blanquiazules persiste la idea de que hay que reforzar el equipo por la falta de gol. Muchos de ellos han afirmado a este medio que no se hicieron bien los fichajes de pretemporada porque ni Dani Pichín ni Perales portaban en su ADN de la última campaña vitola de goleadores; algo que si contemplas sus estadísticas de la última temporada no ha tardado mucho tiempo en ponerse en evidencia cuando no se sale ni a gol por partido -15 en 17 encuentros- y esa rémora se manifiesta preocupante en los partidos de El Prado.
Son días de reflexión, sin duda, y en ella deben incidir los gestores de la casa blanquiazul. Hay tiempo, pero apremia el análisis desapasionado de quienes tienen la responsabilidad de acertar para evitar el mayúsculo descalabro que supondría perder la categoría. Una cuestión que de darse seguro que abriría heridas de difícil cura en el inversor. Mirando por debajo de la tabla de clasificación, y aunque el Extremadura ya tiene una plaza asignada si la jueza lo disuelve, miran dos filiales. Los promesas de Valladolid que ya nos ganaron en El Prado y los de un Athlétic que ya intentan revertir su situación con el cambio de técnico. Y un poco después el Zamora que parece haber iniciado camino del ascenso tras vencer la última jornada de forma clara en Pucela y con la experiencia de haber sido la temporada pasada uno de los mejores equipos de toda la Segunda B. En sus manos, señores César Muñiz y Víctor Cea dejamos la búsqueda de lo que debe ser lo mejor para el club, sus jugadores y aficionados.
¡Buenas navidades y feliz año 2022!