Esta semana ya se ha establecido el aviso de la ola de calor que se prolongará, previsiblemente, hasta el domingo, el Ministerio de Sanidad recuerda las recomendaciones sanitarias frente a las temperaturas extremas, destacando que el calor está relacionado con el agravamiento de enfermedades previas y determinadas patologías.
Alerta en Castilla-La Mancha por temperaturas extremas
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Entre ellas, se encuentran el agotamiento o golpe por calor y la insolación. El Ministerio subraya que es importante conocer los síntomas de estos problemas para actuar de forma rápida y efectiva y minimizar los riesgos para la salud. Así, los síntomas que indican que se puede padecer un agotamiento por calor abarcan desde el dolor de cabeza, náuseas, mareos, vómitos, cansancio, sudoración, piel fría, pálida o húmeda, pulso rápido y débil, y fiebre menor de 40°C.
Si se presentan estos síntomas, desde Sanidad se recuerda que se debe beber agua a sorbitos, permanecer en un lugar fresco, aflojar la ropa, y aplicar paños húmedos o duchas/baños de agua fría. Asimismo, se debe buscar atención sanitaria inmediata si se padecen enfermedades crónicas, si se tienen vómitos, o si los síntomas empeoran o duran más de una hora.
Por otro lado, ante síntomas que indiquen que se puede padecer insolación o golpe de calor, como son piel caliente y enrojecida, respiración y pulso acelerado y fuerte, fiebre mayor de 40°C, convulsiones, alucinaciones, irritabilidad o cambios del comportamiento y alteración del nivel de conciencia o desmayo, lo recomendable es ponerse en contacto inmediatamente con el 112 y, mientras llega la ayuda, mantener a la persona en un lugar fresco, ayudando a bajar la temperatura con paños frios o un baño/ducha de agua fría sin proporcionar nada de beber.
Los colectivos con un mayor riesgo de sufrir los efectos de las altas temperaturas son las personas mayores, las mujeres gestantes, los lactantes y menores de 4 años, las personas con autonomía limitada, y aquellas que trabajan al aire libre.
RECOMENDACIONES
Desde el Ministerio de Sanidad se subraya una serie de recomendaciones generales: beber agua y líquidos con frecuencia, aunque no se sienta sed y con independencia de la actividad física que se realice; evitar las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación; prestar especial atención a bebés y niños y niñas pequeñas, embarazadas o madres lactantes, así como a las personas mayores o con enfermedades que puedan agravarse con el calor (como las enfermedades cardiacas, renales, diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, patologías que dificultan la movilidad, demencia y otras enfermedades mentales, así como el abuso de drogas o alcohol).
También se recomienda permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse cada vez que se necesite; así como procurar reducir la actividad física y evitar realizar deportes al aire libre en las horas centrales del día.
Otros consejos son usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar; no dejar a ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado (especialmente a personas menores de edad, mayores o con enfermedades crónicas); consultar a un profesional sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas; mantener las medicinas en un lugar fresco, ya que el calor puede alterar su composición y sus efectos y, por último, hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, entre otras).
GOLPE DE CALOR
Las altas temperaturas pueden provocar tanto el golpe de calor, que se produce por el aumento de la temperatura corporal por una exposición prologada al sol o por realizar actividad física en ambientes calurosos o con poca ventilación; como el agotamiento por calor, que sucede cuando tras varios días de calor, con la sudoración excesiva se reducen los fluidos corporales y las sales minerales.
“En el golpe de calor debemos estar atentos a los síntomas, pues en caso de producirse, sin ayuda sanitaria urgente, puede ser fatal. En caso de notar sequedad, piel roja, pulso rápido, dolor intenso de cabeza, mareos, confusión, debilidad muscular o calambres, náuseas, vómitos y pérdida de conciencia hay que avisar a los servicios de urgencias lo antes posible”, destaca Fontán. Así, “mientras se espera la ayuda habría que enfriar el cuerpo, quitarle la ropa, ponerle en una habitación oscura con paños de agua fría sobre el cuerpo o que se dé un baño o ducha fría, abanicarle y que beba agua fresca poco a poco si está consciente”, subraya.
En el agotamiento por calor los síntomas serían debilidad, fatiga, mareos, náuseas o desmayo. “En este caso lo mejor es descansar en un lugar fresco, en una habitación oscura e hidratarse con zumos y bebidas diluidas en agua. Sin embargo, si los síntomas empeoran o perduran en el tiempo es conveniente consultar con nuestro profesional sanitario de referencia”, concluye Fontán.