La presión o tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre al circular por las arterias. Mantenerla dentro de unos niveles adecuados es indispensable para una buena salud cardiovascular, y más en época estival. Sin embargo, hay personas propensas a la hipotensión o tensión arterial baja. Para ellas, en el verano aumentan las probabilidades de sufrir una bajada de tensión, que supone mareos, vértigos, taquicardias e incluso desmayos.
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Para medir la presión arterial, se tienen en cuenta dos valores, uno máximo que es la presión sistólica y se mide durante el latido de corazón, cuando la presión es máxima y otro mínimo, la presión diastólica, que se mide con el corazón en reposo entre latidos, cuando es mínima. Los valores normales de tensión arterial suelen situarse entre los 120 mmHg (milímetros de mercurio) de máxima y los 80 mmHg de mínima. Por encima, ya se habla de presión alta y de hipertensión. Y, por debajo de 90 mmHg de tensión sistólica, hablamos de hipotensión.
Los expertos de www.dosfarma.com, la farmacia online española líder del mercado, explican que hay personas que pueden tener valores bajos de tensión arterial sin sufrir ninguna molestia. Sin embargo, cuando se produce una caída brusca de la tensión, pueden aparecer mareos, desorientación y desmayos. La hipotensión se puede producir por motivos muy diversos. Sus expertos nos muestran algunos de los más frecuentes son las causas genéticas, siendo la hipotensión más frecuente entre las mujeres y las personas delgadas.
Las pérdidas bruscas de sangre también se deben controlar. Si hay una lesión que produzca una bajada en el nivel de sangre, caerá la presión arterial. Al haber menos sangre circulando por las arterias, esta generará menos fuerza. Además, las pérdidas grandes de sangre pueden producir anemia, una condición que hace que la sangre tenga menos glóbulos rojos de lo normal.
Este es otro de los motivos por los que las mujeres son más propensas a la hipotensión que los hombres. En la menstruación, se pierde gran cantidad de sangre, de forma lenta pero durante varios días, lo que produce una caída en el nivel de hierro y en la tensión.
RAPIDEZ AL LEVANTARSE, DESHIDRATACIÓN Y ALCOHOL
La hipotensión ortostática o postural ocurre cuando nos incorporamos después de haber estado bastante tiempo sentados o tumbados. Puede producir mareos, visión borrosa o desorientación. Esto se debe a que, al cambiar de posición, la sangre se acumula en las piernas y el abdomen, lo que reduce la cantidad que vuelve al corazón. Por lo general, se trata de molestias que no duran más que unos segundos.
La sangre contiene una gran cantidad de agua, es por ello que si no se mantiene un nivel adecuado de líquidos en el cuerpo, disminuye el volumen de sangre.
Las bebidas alcohólicas favorecen la deshidratación y afectan a la producción de la hormona antidiurética o ADH, que interviene en el equilibrio de los líquidos del cuerpo. Esta hormona controla la cantidad de agua que reabsorben los riñones. Sin embargo, el alcohol bloquea la ADH, por lo que el agua no se reabsorbe y se elimina más a través de la orina.
COMIDAS COPIOSAS, SHOCK SÉPTICO, OTRAS ENFERMEDADES EMBARAZO
Después de comer, la sangre viaja hasta el aparato digestivo para ayudar en la digestión, con lo que se reduce la cantidad en el resto del cuerpo y cae la presión.
De igual manera, cuando se produce una infección grave, las bacterias dejan la zona infectada y entran en el flujo sanguíneo, pudiendo causar daño tisular y disminuir la presión arterial. En este caso, el descenso es muy severo y puede ser mortal. Hay diversos factores de riesgo de sufrir un shock séptico, como tener diabetes, leucemia o haber recibido un trasplante recientemente.
Las personas con insuficiencia cardíaca, diabetes, pericarditis, hipotiroidismo o arritmias cardiacas también son más propensas a la hipotensión. También una reacción alérgica grave puede provocar una bajada peligrosa.
La ingesta de ciertas medicinas puede afectar a los niveles de presión arterial. Es el caso, por ejemplo, de los ansiolíticos o diuréticos.
El sistema circulatorio se va expandiendo durante la gestación, lo que puede provocar una caída de la tensión arterial. No obstante, se recuperan los niveles habituales después del parto.
Son muchas las posibles causas de una eventual bajada de tensión, no todas se pueden evitar, como la propensión genética, perder sangre bruscamente, tener una enfermedad o sufrir una infección grave. Sin embargo, hay otras que sí se pueden prevenir, especialmente en verano. Los expertos de DosFarma dan una serie de consejos para reducir el riesgo de sufrir una bajada de tensión en verano:
LEVANTARSE DESPACIO, BEBER LÍQUIDOS CON FRECUENCIA Y EVITAR COMIDAS COPIOSAS
En vacaciones, es habitual pasar tiempo descansando en una misma postura. Nos echamos la siesta, nos tumbamos en la playa o en la piscina, pasamos tiempo en una terraza con los amigos o descansando en el sofá... Eso puede motivar la hipotensión postural, es decir, que haya una descompensación entre el volumen de sangre de la parte inferior del cuerpo y el de la superior y nos mareemos al levantarnos. Por ello, hay que hacerlo despacio y si es posible, es mejor no pasar mucho tiempo en posición horizontal; por ejemplo, se puede dormir la siesta con una almohada bastante alta, para incorporarse con menos esfuerzo.
La deshidratación es la causa de bajadas de tensión que más hay que controlar durante el verano. Las altas temperaturas aumentan la sudoración y hacen que se elimine una mayor cantidad de líquidos, que se deben reponer. Asimismo, el calor puede dilatar los vasos sanguíneos, lo que hace que la sangre no ejerza tanta fuerza al pasar a través de las arterias.
Es imprescindible beber agua con regularidad y no esperar a tener sed. Puede compaginarse con muchas otras bebidas, como infusiones. La sequedad en la boca, el pulso acelerado o la desorientación son algunos de los síntomas de la deshidratación. Si se notan algunos de ellos, hay que actuar con rapidez para evitar una bajada de tensión. Es conveniente tumbar o acostar a la persona cuando antes para evitar que se caiga si se marea o desmaya y ponerle los pies en alto, por encima de la altura del corazón.
Las vacaciones suelen ir acompañadas de comidas copiosas. Nos reunimos con familiares y amigos, salimos a cenar a restaurantes o bufets... Sin embargo, una digestión pesada obliga a desplazar más sangre al aparato digestivo, por lo que es mejor opción tomar pequeñas raciones y con cierta regularidad.
ALIMENTOS QUE SUBAN LA TENSIÓN, EVITAR EL ALCOHOL Y LAS HORAS DE MÁS CALOR
La sal es la fuente principal de sodio, un nutriente esencial para el organismo que influye en la presión arterial. Las personas que sufren hipertensión deben llevar una dieta pobre en sodio, pero quienes tienen unos valores bajos pueden utilizarlo para equilibrarlos. Sin embargo, es muy importante no superar los 5 g diarios recomendados de sal. Aunque sirva para subir la tensión, también puede tener efectos nocivos en grandes cantidades, como la retención de líquidos.
Cualquier alimento en salmuera, como los encurtidos, puede ayudar, así como el jamón o las anchoas. También el regaliz es un alimento adecuado y se puede tomar en infusiones, por ejemplo. Pueden ser snacks perfectos para picar entre horas o ayudar a reponer líquidos. En cuanto al café, se ha demostrado que su efecto para subir la tensión dura apenas unos minutos. Solo produce un pico que cae rápidamente, por lo que es un remedio de muy corto plazo.
Las bebidas alcohólicas disminuyen la tensión arterial hasta 12 horas después de su ingesta y, como hemos mencionado anteriormente, inhiben la acción de la hormona antidiurética y hace que entren más ganas de orinar. Por ello, hay que vigilar la combinación de altas temperaturas y bebidas alcohólicas, muy típica de las vacaciones de verano.
Las altas temperaturas favorecen la sudoración excesiva y la pérdida de líquidos. Por eso, es importante evitar cualquier actividad física intensa o estar al aire libre entre las 12:00 y las 17:00 horas. Igualmente, es mejor no utilizar saunas ni darse duchas muy calientes.